La caída y el amesetamiento de la matrícula de las carreras afines a la comunicación de los últimos años, ¿son una señal de alerta? En algunos casos, cayó entre 20 y 40 por ciento de inscriptos, como demuestran ETER y la Universidad de Lomas de Zamora, acompañado por largos períodos de meseta, como ocurre en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Católica Argentina, la Universidad Nacional de Rosario y TEA, entre otras.
A su vez, la pelea entre periodistas militantes y los que trabajan para medios “hegemónicos”, ¿está afectando la credibilidad y la imagen del periodismo?
Y no podemos olvidarnos de los cambios provocados por los medios digitales en el mercado laboral, que modificaron el terreno.
Caída o meseta. “Este año tuvimos una baja de matrículas de un 20% respecto de la inscripción que tuvimos el año pasado en Radio, Periodismo y Periodismo Deportivo”, cuenta Agustín Tealdo, director académido de ETER. Entre las posibles causas, observa: “En primer lugar, el conflicto que el Gobierno mantiene con los principales medios hizo que se cuestionara la base ideológica de la profesión, y transparentar tanto el mecanismo de construcción de la información desgastó la base de credibilidad y el sentido impoluto que tenía la actividad. Por otro lado, hay que tener en cuenta la fuerte incidencia de las nuevas tecnologías y el hecho de que la comunicación dejó de ser una tendencia ‘de moda’ después del año 2000”.
Desde la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), su director Glenn Postolski dice que “existe un ‘amesetamiento’ en el ingreso de los estudiantes a la carrera, en relación con los momentos de auge que se dieron en los 90 en torno al prestigio social de los medios”. Al mismo tiempo, Postolski considera que “la aparición de nuevas universidades públicas permitió a los estudiantes del conurbano bonaerense acceder a carreras que antes no existían”. Además, sostiene que los ingresantes a esta carrera la eligen principalmente “por vocación”. “No creo que en esa instancia de elección impacte la pelea entre el periodismo militante contra el periodismo hegemónico como factor de descrédito. En todo caso, tal vez haya dejado de funcionar en tanto moda vinculada al ‘prestigio’ de momentos anteriores”, concluye.
Dueños de la verdad. Con el regreso de la democracia, el periodismo se posicionó entre las carreras estrella de la época. Y al poco tiempo, con la llegada de los años 90 y el boom de las comunicaciones, la imagen del periodista se trasladó hacia una esfera aun más extrema: el dueño de la verdad. ¿Qué ocurrió desde ese entonces a esta parte?