Caperucita colla atraviesa los cardones norteños con una canastita de tamales calientes para llevarle a su abuela. La bella durmiente del Litoral duerme cien años en una hamaca paraguaya. Estos son algunos ejemplos de los cuentos clásicos que se regionalizan con A Leer con Pictogramas, la colección de editorial Albatros que busca acercar a los más chicos a la cultura de los pueblos originarios.
“Los cuentos tradicionales han prevalecido a lo largo del tiempo y tienen muchas enseñanzas, pero es necesario transmutar su contenido para que aporte algo sano a los niños”, explica el ilustrador Walter Carzón. Así fue como junto a la autora Roberta Iannamico dieron vida a una Sirenita que cruza los mares de la Patagonia austral, o a una Cenicienta que pierde su sandalia azteca.
“Se trata de aportar conocimiento, respeto y valoración por las culturas originarias”, sostiene. Con doce cuentos publicados y otros dos en camino, Carzón explica que lo más difícil es el trabajo de documentación para ver cómo adaptar cada cultura a los cuentos. “Lo más importante es ser respetuoso”, finaliza.
Caperucita colla y Pulgarcito de la Patagonia
