En medio de una geografía que une bosque, médanos y mar sobre la ruta provincial Nº 11, apenas pasando el faro y entrando por Playas del Balcón, hay un espacio ideal para quienes sienten que sus perros son parte de la familia. Yes es la primera playa adaptada, diseñada y equipada para que las vacaciones se puedan compartir con las mascotas. Este verano, la novedad es una carrera “de seis patas”, en la cual los dueños y sus perros pueden compartir la actividad deportiva a través del bosque o chapoteando por la orilla.
Carolina Frutos y Florencia Jaimes, instructoras de Yes Playa Canina y de La Jauría Escuela Canina MDQ, son las encargadas de las actividades del balneario, y explican a PERFIL que “correr con nuestro perro es un deporte homologado y federado que se llama canicross, pero lo que nosotros hacemos acá es adaptarlo de forma más recreativa. El deporte demanda una preparación y entrenamiento, pero lo que hacemos con quienes no tienen los perros entrenados es más bien terapéutico, la idea es divertirnos entre todos”.
El canicross es un deporte cada día más de moda en el país, y consiste en correr con el perro atado a la cintura mediante un cinturón y una línea de tiro que va agarrada con un mosquetón, que a la vez está conectada con el arnés del perro y el tutor/dueño lo va guiando a través del lenguaje corporal y oral.
Esta actividad, aseguran las instructoras, está pensada para “potenciar el vínculo con la mascota y estimular la conexión cognitivo-emocional permitiéndoles a ambos conocerse mejor”. Las consecuencias, dicen, son un mayor bienestar emocional para ambos, ya que las emociones de los perros influyen sobremanera en su comportamiento.
“El lunes (de la semana pasada) hicimos la carrera de seis patas y fue el balneario completo, más de veinte perros todos caminando y trotando por la orilla. Participaron desde un caniche mini toy a un pincher”, contó Frutos a PERFIL.
Otra opción es el ‘agility’, un entrenamiento conocido también como Obediencia Deportiva, en el cual se trabaja sobre el perro estable emocionalmente y lo que se busca es que el perro pueda comprender cada ejercicio que se le está pidiendo de forma autónoma, o sea que el perro pueda resolverlo por sí solo y se premia en un momento en el cual el perro pueda interpretar lo que se le está pidiendo.
De hecho, a través de comandos verbales, el perro lo resuelve a distancia y a velocidad. Por eso, remarcan las instructoras, “el perro tiene que estar estable: si está emocional o intenso, lo que se busca es estabilizar y recién después se puede empezar a entrenar. Es una actividad ideal si el perro tiene algún problema de conducta o es muy ansioso, ya que se trabaja sobre eso para lograr el estado ideal. Y con el canicross se busca todo lo contrario, que el perro corra y levante la ansiedad”, explican.
Sebastián Mendiburu cuenta que desde que adoptó a Penny, una mezcla exótica de ojos azules redondeados y brillantes, es habitué del balneario. “Vengo toda la temporada, de diciembre hasta fin de marzo. Considero que los perros son parte de la familia, ellos son mis hijos y no los quiero dejar solos en casa cuando yo me voy a la playa”, dice. Y enfatiza que “lo primero que a ellos se les hace es un examen de ingreso para ver si cumplen con los requisitos de sociabilidad. Y después, el ambiente es súper tranquilo, no hay ladridos ni problemas entre perros. Gente súper educada, convivimos perfectos”.
Gabriel Sapienza, dueño y precursor de la cultura pet friendly en Mar del Plata, refuerza ese concepto: “Aquí concebimos a la mascota como parte de la familia, uno no dejaría un hijo si se va de vacaciones con el resto de la familia. Y ése es nuestro lema: generar una convivencia en armonía”, asegura. “Recibimos gente de todos lados del país, desde Ushuaia hasta personas que vienen a conocer la playa desde Tucumán, Santiago del Estero. Incluso, han venido franceses, mexicanos, porque la playa es la única en América Latina y con características atípicas como estas actividades”, dice.
