SOCIEDAD

Cementerio de motos: uno de cada cuatro vehículos retenidos no se retira

En el depósito del gobierno porteño ubicado en Costanera hay cerca de 500 unidades. Son secuestradas por problemas de papeles, falta de seguro o en controles de alcoholemia.

A la espera. Muchas de las motos son nuevas y están en buen estado. En muchos casos, debido a la acumulación de multas, sus dueños prefieren no reclamarlas.
| Marcelo F. Aballay / ABA Photo

En Buenos Aires, una de cada cuatro motos secuestrada por cometer alguna infracción no se retira. Tal es así, que, al momento, en una de las playas de infractores del Gobierno de la Ciudad, hay al menos 500 motos, un verdadero cementerio. Algunas, incluso, están hace casi dos años en el lugar sin que nadie las reclame.

Hasta allí llegan, por ejemplo, por no tener registro o seguro ante un control de tránsito, que la Secretaría de Tránsito porteña realiza en conjunto con la Policía Federal. También hay secuestros en controles de alcoholemia, aunque en las motos, dicen son los menos. Una vez retenida la moto, el dueño tiene hasta tres meses para ir a retirarla antes que se proceda a su compactación. En muchos casos, sin embargo, la falta de papeles o la acumulación de multas hacen que sus dueños prefieran perderlas antes que recuperarlas. Y por darle prioridad a la compactación de autos abandonados, la gestión porteña todavía no lo hace con las motos, que cada vez ocupan más espacio.

“El mercado de las motos siempre fue muy informal, aunque en el último tiempo se ha ido formalizando. En los últimos meses hemos logrado profundizar los controles, que al hacerlos en conjunto con la Policía Federal son más efectivos, porque la dificultad con las motos es que muchas veces se escapan y es peligroso estar persiguiéndolas”, sostiene el secretario de Transporte porteño, Guillermo Dietrich. Realizan veinte controles durante el día y diez a la noche, en veinte puntos de la ciudad. El año pasado, de las más de veinte mil verificaciones a motos, se remitieron más de 1.500. Y hubo 11.720 infracciones labradas –la mayoría por falta de casco–. En el primer mes de 2015 ya se hicieron 837. En el caso de las motos robadas, que representan el 10% de las secuestradas, se llevan a los predios de la Policía Federal.

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La mayoría, en buen estado. Una de las cosas que más llaman la atención de quienes trabajan en la playa de infractores ubicada en Rafael Obligado y Sarmiento, en Costanera, es que muchas de las motos que llegan secuestradas y después nadie reclama son caras y están en buen estado. “A veces pasa que las buscan hasta seis meses más tarde”, cuentan. También sucede que cuando las dueñas son empresas puede pasar que por la acumulación de multas prefieran no retirarlas.

Las hay de todas las marcas y estilos, Honda, Zanella, Suzuki, Yamaha, hasta una BMW valuada en varios miles de dólares, que llegó hace poco tiempo. Muchas tienen stickers con leyendas que remiten a sus dueños, y hasta los cascos y cadenas, que por estar tanto tiempo al aire libre se terminan arruinando. Lo mismo con los motores. También hay muchas motos de delivery, con sus cajas donde guardar la pizza o la comida todavía colocadas en la parte trasera, y muchas de las que se usan como mensajería. “Por lo general, las empresas de delivery tienen sus propias motos, pero también pasa que contratan a las personas que ya tienen sus propios ciclomotores, y  puede ser que no tengan todos los papeles en regla. Igual la mayoría las termina buscando”, sostiene Dietrich.

Para ir a retirar la moto, el dueño debe presentar la cédula rosa, la licencia de conducir, el seguro, póliza o tarjeta, y el pago de la infracción (y de todas las multas que tenga al momento del secuestro).

En caso de que no la retire a los sesenta días, se notifica al titular, que tiene otros treinta días para retirarla. Si no lo hace, se inicia el proceso de compactación, que se lleva adelante con el Hospital Garrahan, a quien se dona todo lo recaudado con la chatarra obtenida. Por ahora, ese proceso se está realizando con los autos abandonados. Las 500 motos, casi el total de vehículos en la playa de infractores, esperan.


Una ‘invasión’ en la Ciudad
En el país, la venta de motos viene registrando un crecimiento sostenido, al punto que desde hace un par de años ha alcanzado –y a veces superado– la venta de autos. En la ciudad de Buenos Aires, donde se estima que circulan alrededor de 100 mil motos, este incremento afectó notablemente el tránsito. También crecieron los accidentes, especialmente por falta de casco, algo que en el último tiempo controles más estrictos obligaron a un cambio de hábito.
Entre las medidas adoptadas se crearon campañas para concientizar sobre el peligro de las motos, se incrementaron las exigencias del examen para obtener la licencia y se crearon espacios de detención especiales antes de la senda peatonal y donde estacionar.
Además, desde 2009, la Secretaría de Tránsito porteña viene realizando controles conjuntos con la Policía Federal, en los que verifican que las motos tengan patente y que los conductores cuenten con todos los papeles en regla.
Por tratarse de un mercado más informal que los autos, es frecuente encontrar motos que se compraron sin patentar, o que fueron pasando de dueño en dueño sin transferencia. Tras el secuestro, son muchos los casos en los que quien conducía no puede acreditar su titularidad sobre el vehículo.