Las autoridades de Changchun, ubicada en el noreste de China, anunciaron este viernes 11 de marzo el confinamiento de sus nueve millones de habitantes por un nuevo brote de COVID-19, el peor desde hace dos años.
De acuerdo al informe oficial, los habitantes de la ciudad tendrán que permanecer en sus casas y una persona por hogar podrá salir de la vivienda, cada dos días, y en tan solo una oportunidad, por la importancia de esta situación.
Esto no solo representa un duro golpe para China frente al avance del coronavirus, sino que además se trata del confinamiento de mayor magnitud anunciado desde el impuesto en Xi'an, al norte, cuando 13 millones de ciudadanos fueron puestos en cuarentena a finales del 2021.
El país que supo ser el epicentro del problema sanitario, fue capaz de controlar la situación de los casos positivos aplicando medidas restrictivas que afectaron la vida diaria de ciudades enteras. Sin embargo, la realidad trajo un nuevo desafío.
Además, según el último reporte oficial, se registraron poco más de 100.000 casos en dos años en China, con un total de 4.636 personas fallecidas. A su vez, se reportaron 1.369 casos en las últimas 24 horas, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Salud.
Esto significa que, a pesar de lo que podría considerarse como una cantidad baja, si se compara con los niveles de otros países, se trata de la cifra más alta registrada por China desde principios de 2020, y es por eso que genera preocupación.
La Pandemia cumple dos años y el coronavirus aún no desapareció
Por otra parte, del total de esos casos, las autoridades locales detectaron 158 casos importados y 814 casos asintomáticos, que forman parte de un recuento separado. Además, la variante Ómicron generó brotes localizados y eso llevó a tomar medidas urgentes para evitar la suba de casos.
JL/FL