SOCIEDAD
SEGUN LA CAMARA QUE LOS AGRUPA

Cierra un restaurante por día en la ciudad de Buenos Aires

La caída se viene produciendo desde 2009, pero con el último aumento de tarifas la situación se habría complicado aún más.

Vacíos. Así están muchos locales porteños. Preocupa que están cerrando algunos con más de 40 años de tradición.
| Cedoc

La gastronomía vive un momento de crisis tal que en la ciudad de Buenos Aires los sindicatos calculan que cierra un restaurante por día. Con los últimos tarifazos empeoró una situación que, dicen, viene en baja desde 2009, con los incrementos en la materia prima y los alquileres, y la baja del turismo internacional y nacional.

“Lo que más nos preocupa es que están cerrando establecimientos con más de cuarenta años de tradición gastronómica, a los que les viene yendo mal en los últimos años y que ahora, con la incertidumbre que hay, se les suma que la gente lo primero que hace es recortar gastos de los que podés prescindir, como es salir a comer”, dice Verónica Sánchez, presidenta de la Cámara de Restaurantes porteños, que reúne a 3.500 locales.

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Algunos de los clásicos que bajaron la persiana en los últimos meses fueron Arturito, en Corrientes y 9 de Julio; La Emiliana, en avenida Callao; Ligure, en Retiro, sumado a que el año pasado Pippo, otro clásico de Congreso, se declaraba en quiebra después de 75 años de existencia, aunque finalmente no cerró ya que fue comprado. Lo mismo Bahamas, en Costanera Norte, que si bien había vuelto a abrir sus puertas en 2009 tras permanecer años cerrado, sus dueños debieron venderlo para reconvertirlo en una heladería y un restaurante de sushi.

“Nuestros salarios responden a la caja; si no generamos no podemos pagar ni los insumos, ni los alquileres ni los salarios. No somos ñoquis, generamos puestos de trabajo”, dice por su parte Dante Camaño, secretario general de Trabajadores de Turismo de CABA. Así, al no poder trasladar los incrementos a los precios, muchos debieron cerrar. Ello se suma a que cada vez hay más opciones, como los que venden comida por kilo, o los que abren a puertas cerradas, que desde el sector critican como “competencia desleal”: “Se difunden como locales comerciales pero no pagan los mismos impuestos ni salarios, ni se someten a controles”, agrega Sánchez.

Para Camaño, las políticas de los últimos años afectaron fuertemente al sector por varios motivos: la inflación, la baja del turismo internacional –que hoy está 30% por debajo de lo que debería (en Puerto Madero la crisis brasileña se siente fuerte)–, el dólar y las facilidades que daban las aerolíneas en los últimos años los argentinos se iban al exterior porque les salía más barato. “Los tarifazos fueron la gota que colmó el vaso. Antes las mejores esquinas eran de los bares, ahora no se pueden pagar los alquileres”, se lamenta. Y agrega que en los últimos años se perdieron 23 mil puestos de trabajo en todo el país, de los que la mitad corresponden a la ciudad de Buenos Aires.

Anticrisis”. En ese contexto, muchos locales apuestan a promociones, ya sea con menúes ejecutivos, happy hours u ofertas más creativas, como la que implementó la parrilla La Dorita, donde por $ 99 se puede comer un bife de chorizo de 200 gramos con papas fritas, o por $ 325 una supermilanesa de 300 gramos con puré, ensalada y papas que alcanza para tres personas. “Buscamos soluciones que sean atractivas al bolsillo y que rompan la barrera de que para salir a comer tenés que gastar mínimo $ 300”, dice Diego Parra, gerente general de la marca.

 

Quejas por las subas de gas

En Mar del Plata, los tarifazos afectaron también al sector, al punto que varios hoteles y restaurantes se plantean no abrir algunos días de la semana para superar la crisis y los incrementos de estos últimos meses. Así lo dijo el titular de la Cámara de hoteleros y gastronómicos de Mar del Plata, Eduardo Palena, en declaraciones a Radio 10. “Se trata de una sumatoria de cosas. Ya veíamos que las tarifas estaban retrasadas pero imaginábamos que mucho más en Capital Federal y no tanto en la Provincia. Sin embargo, vinieron subas altísimas”, sostuvo, y alertan porque los aumentos de gas, en algunos casos, rondan el 2000%, y todavía no llegó la peor época, que es el invierno. En el sur del país, los aumentos de gas también son una preocupación para la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Fehgra), sumado a la caída del consumo, incrementos en insumos e impuestos. Todas estas medidas, impactan “muy negativamente en la estructura de costos de los establecimientos del sector, en su gran mayoría pymes”, sostienen en un comunicado.