SOCIEDAD
a dos cuadras de caminito

Con pasarelas y una confitería, la fábrica de arte del Teatro Colón llegará a La Boca

Funcionará en el Distrito de las Artes y abrirá sus puertas en el segundo semestre del año. El público podrá apreciar las producciones escenográficas, telones y hasta los vestuarios.

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Colon fabrica. Estiman que unas veinte obras completas, además de vestuarios, podrán ser vistas por el público durante la visita. | gza teatro colon

Al término fábrica se lo relaciona con establecimientos industriales de relevancia en los que su producción se hace de manera automatizada. Sin embargo, también se lo puede asociar con manufacturas creativas elaboradas por artesanos. Y esta premisa es, justamente, la que tuvieron en cuenta las autoridades del Teatro Colón a la hora de bautizar al nuevo depósito de escenografías que se utiliza en el primer coliseo: Colón Fábrica.  

Se trata de un espacio que se encuentra en el Distrito de las Artes, en el barrio de La Boca, sobre la avenida Pedro de Mendoza al 2100, cerca del Museo Benito Quinquela Martín, y a dos cuadras de Caminito, la Vuelta de Rocha y de la Fundación Proa. El depósito tiene unos 7.500 m2 de superficie y allí se guardarán todas las producciones escenográficas, en especial las de repertorio, telones y elementos de utilería que se utilizarán en las presentaciones del emblemático teatro porteño. También se exhibirán algunos vestuarios históricos utilizados en escena, y será el lugar donde se cursará la carrera de Artes Escenotécnicas del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISATC).

Para poner a punto el espacio se revalorizó el inmueble tanto en la fachada, siguiendo los criterios de conservación y autenticidad, como su interior. En este caso, se instalaron islas con estanterías y anaqueles sobre los cuales se ubicarán los telones y elementos de utilería. Pero la gran novedad serán las pasarelas a cuatro metros de altura para que los visitantes puedan recorrer y observar desde lo alto no solo las escenografías que se exhiben, sino también cómo trabajan los artistas escenotécnicos. Cabe señalar que todos los recorridos serán guiados por personal especialmente entrenado para la ocasión. Más allá de las pasarelas, también se pusieron en  valor las antiguas oficinas del galpón que se reconvirtieron en una confitería. De igual modo que en las casas de ópera más importantes del mundo en las que implementaron esta modalidad, en el nuevo espacio cultural funcionará un Gift Shop, y también se podrán adquirir localidades para el Teatro Colón.

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“Los visitantes tendrán una imagen completa de lo que es el Colón, conociendo cómo se preparan las escenografías y cómo es su detrás de escena, algo a lo que el público en general no puede acceder. Será una manera diferente de conocer el Teatro”, señaló a PERFIL María Victoria Alcaraz, directora del Teatro Colón, quien agregó que “la propuesta incluye la proyección de videos e imágenes de las obras cuyas escenografías allí se resguardarán. La idea es contextualizarlas con la obra que en su momento se representó”.  

Se estima que unas veinte  escenografías completas se podrán guardar en el nuevo depósito. De esta manera, las obras podrán ser reutilizadas en futuras representaciones. Pero además, y de acuerdo con lo informado por los responsables del Teatro, estas se podrán alquilar a otros teatros, tanto del país como del extranjero. Se trata de una propuesta similar a la implentada por los principales teatros históricos del mundo, como Alla Scala de Milán, el teatro San Carlos de Nápoles o la Opera de París, entre otros (ver aparte).

“Detectamos el interés de distintos teatros en utilizar las escenografías que realizamos en el Colón, sobre todo por la calidad y las técnicas que utiliza nuestro personal al momento de construirlas”, afirmó Alcaraz, en su charla con este diario.

En la actualidad, las escenografías utilizadas en las óperas se desarman y son enviadas a los depósitos-talleres que tiene el teatro en la calle Maure al 3600, en el barrio de Chacarita (ver aparte).

Si bien actualmente el depósito se encuentra en la última etapa de obra, aún faltan pequeños detalles y los trabajos de aislamiento tanto externos como internos; las autoridades del Teatro Colón prevén su apertura para el segundo semestre de este año. La iniciativa del desembarco del Teatro Colón en el barrio de La Boca se emnarca en el proyecto del Distrito de las Artes, y apunta también a la expansión del polo cultural que allí se formó. Según informó Alcaraz, “fue un pedido expreso de Horacio Rodríguez Larreta de instalarlos en La Boca”.    

El lugar donde funcionará la futura “fábrica de arte” del Teatro Colón era una antigua planta metalúrgica que se inauguró en 1884; en la fachada del inmueble aún se puede ver su nombre original: Descours Cabaud & Cia, Hierros y Aceros.

 

Los talleres de La Nube

Luego de la reapertura del Teatro Colón en 2010, algunos de los talleres que se encontraban en sus subsuelos, y bajo la avenida 9 de Julio, fueron trasladados a los depósitos de la calle Maure al 3600, que se llaman La Nube. Allí no solo se guardan algunas escenografías,  sino que también se encuentran los principales talleres del teatro.

El objetivo del traslado fue evitar las denominadas “cargas de fuego”  que puedieran afectar al primer coliseo nacional. En Chacarita funcionan los talleres de pintura, escultura y grandes estructuras, como las escenografías. Mientras que en los subsuelos funcionan los talleres de último momento, como de maquillaje, zapatería, peluquería y sastrerías.

 

Inspirada en otras casas de ópera

Al igual que las principales casas de óperas del mundo, en especial las europeas, el Teatro Colón también abrirá sus puertas al detrás de escena de sus presentaciones.  Se trata de un modelo que fue tomado de teatros tales como Alla Scala de Milán, San Carlos de Nápoles, el teatro de ópera mas antiguo del mundo, y la reconocida Opera de París. “Nos inspiramos en cada uno de ellos. Por ejemplo de la ópera de Milán hemos tomado el modelo de las pasarelas en altura. De esta manera el público no correrá el riesgo de caminar ante los materiales o dañar, sin querer, alguno de los trabajos. y que además puedan ver desde lo alto cómo trabaja el personal.  Del San Carlos, por ejemplo, tomamos la idea de cómo incorporar la escuela de  escenotécnica en los talleres, mientras que de la Opera de París adquirimos algunas ideas para los talleres aquí. De todas maneras, y más allá de todo esto, lo más importante es que fuimos acompañados por las principales casas de ópera del mundo en esta iniciativa”, señaló María Victoria Alcaraz, la titular del principal teatro de ópera del país.

La decisión de exhibir las escenografías, abrir los talleres y mostrar cómo se fabrican se enmarca en la política de Teatros Abiertos que impulsa el gobierno porteño a través del Ministerio de Cultura de la Ciudad que encabeza  Enrique Avogadro.