La crisis económica y la incertidumbre política que se desató en el país después de las elecciones primarias del 11 de agosto tuvieron del otro lado del Río de la Plata una consecuencia inesperada: los colegios privados bilingües de Punta del Este (Uruguay) se llenaron de consultas de argentinos que buscan mudarse. La mayor parte son familias de alto poder adquisitivo que apuntan a un marco más estable para vivir y que, en algunos casos, no quieren convivir con un eventual cambio de gobierno, según argumentan.
En el International College (IC) de Punta del Este, una de las escuelas más exclusivas de la ciudad, dan cuenta del fenómeno. Aseguran que desde las elecciones recibieron unas 40 consultas de familias argentinas para inscribir a sus hijos y ya concretaron unas 27 entrevistas. Para esta altura del año pasado, las entrevistas con argentinos habían sido solo cuatro.
Según el gerente de marketing del colegio, Pedro Márquez, los motivos que dan las familias para mudarse pasan por “la situación política, económica y la seguridad del país”. “Buscan una mejor calidad de vida”, aseguró. El IC tiene unos 430 estudiantes en los tres niveles educativos, y las cuotas que se pagan van de los 300 a los 850 dólares. Abrió en 2017, es bilingüe y tiene facilidades para enseñar deportes, nuevas tecnologías y artes. En otras instituciones con características similares viven la misma situación de mayor cantidad de llamados y consultas.
En qué supera la educación uruguaya a la argentina
Otro terreno donde se verifica la tendencia son los grupos de Facebook que reúnen perfiles de argentinos que viven en Uruguay. Desde el 11 de agosto allí también las consultas estallaron. “Soy de Mendoza, Argentina, país al que amo pero que tengo muchas ganas de dejar debido a las situaciones que está atravesando, como incertidumbre e inseguridad”, empezó su mensaje una usuaria que preguntó por el costo de vida y las posibilidades laborales en el país charrúa, una duda que suele ser común entre los que están a las puertas de la migración.
“Cuando vimos lo que estaba pasando con el dólar pensamos ‘qué suerte que nos fuimos’”, relató Patricia Buzzetti, que se mudó a comienzos de este año a Punta del Este junto a su marido y su hija de 9 años. “Nosotros teníamos muy buenos trabajos en Buenos Aires. Yo era gerenta de una empresa de salud y mi marido estaba en el sector del petróleo. Nos iba bien, pero decidimos dar un volantazo porque sentimos que estábamos en una ciudad muy tóxica y que perdíamos demasiado tiempo en viajes”, contó. “En Punta del Este casi no hay tráfico ni distancias significativas”, agregó.
Buzzetti y su marido se fueron a la ciudad icónica de las playas uruguayas sin tener trabajo, pero en pocos meses lograron acomodarse. “Ahora, un montón de conocidos nos preguntan para venirse para acá, y averiguan porque quieren hacer lo mismo que hicimos nosotros”, sostuvo.
En el sector inmobiliario de la ciudad balnearia también se hicieron eco de este fenómeno. Diferentes agentes aseguraron que la demanda de propiedades por parte de argentinos comenzó a incrementarse durante las últimas semanas y que buscan casas terminadas, lo que podría indicar que prepararían sus mudanzas en el corto plazo.
