“Acá no vengas a hacer nada, tomatelá, no queremos que vengan a hacer política”, le dijeron a Víctor Hugo Morales y su equipo mientras filmaban el muro que divide un predio del Grupo Clarín y la Villa 21-24 de Barracas. “No se puede entender lo que pasa en esa zona si no se va hasta allí. Es increíble”, sostuvo el relator en una entrevista con Infojus, luego de la agresión sufrida el miércoles, cuando le tiraron un auto encima. “Para el lado de Ascasubi, lo que era calle se convirtió en un depósito de miles y miles de diarios viejos (Clarín y Olé) y un estacionamiento para los directivos”, agregó.
En un comunicado, el Grupo Clarín rechazó la agresión al periodista, pero negó las acusaciones, ya que sostienen que “desde antes que AGEA (la empresa editora del diario) adquiriera los terrenos en donde hoy se encuentra su planta impresora, la calle Ascasubi terminaba donde termina hoy”, y presenta una foto del año ’78, donde ya estaría el muro, antes que la empresa adquiriera el predio, en el año ’83.
Según los vecinos y referentes de la zona, la historia es otra. “Cuando Clarín compra los terrenos, levanta el muro de un día para el otro, y la cámara de luz que abastecía de corriente al barrio quedó dentro de su lado de la propiedad”, señalan, y agregan que “cada vez que tenemos un problema de luz, tenemos que pedirles permiso para hacer arreglos”. Antes del muro, explican, había un alambre tejido con una puerta que hacía a la vez de salida a Vélez Sarsfield y a la cámara de luz que instaló Segba en los 60, en un acuerdo con los vecinos.
El año pasado, la Justicia le ordenó al gobierno porteño demoler el muro, tras un amparo presentado por legisladores opositores, donde quedó demostrado que impedía la circulación de los habitantes. La medida fue apelada por la Ciudad y ahora se encuentra a la espera de una resolución.
