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Día de la Virgen de Luján: la historia de la patrona de la Argentina

Fue moldeada en Brasil por encargo de un hacendado portugués que vivía en la Córdoba del Virreinato del Río de la Plata. Llegó a Buenos Aires en 1630.

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El papa Francisco con la imagen de la Virgen de Luján. | AFP

Este viernes 8 de mayo se celebra el Día de la Virgen de Luján, la patrona de la Argentina. Fue moldeada en Brasil por encargo de un hacendado portugués que vivía en la Córdoba del Virreinato del Río de la Plata. Llegó a Buenos Aires en 1630.

La historia se remonta al siglo XVII, cuando el hacendado portugués Antonio Farías de Sá, residente en la ciudad de Córdoba del Virreinato del Río de la Plata le encargó a un amigo de Brasil una imagen de la Virgen María. Su intención era exponerla en una capilla que formaba parte de una estancia suya en Sumampa, en donde en la actualidad se encuentra la provincia de Santiago del Estero. 

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La imagen solicitada llegó al puerto de Buenos Aires en marzo de 1630, clasificada y acondicionada en un cajón. Desde allí inició su camino al destino final en una carreta tirada por bueyes. Según se lee en el libro De la frontera a la Villa de Luján – Los comienzos de la gran Basílica, del padre Juan Guillermo Durán, la carreta quedó parada al llegar al paraje denominado "Árbol solo", a orillas del río Luján, en la provincia de Buenos Aires. Los animales no se movieron y esto fue interpretado como una señal de que la imagen debía quedarse allí y eso pasó. 

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La imagen de la Virgen de Luján. (Foto: Noticias Argentinas)

Características. La escultura mide tan sólo 38 centímetros y está realizada en terracota (arcilla cocida) . Su manto azul está caído, salpicado de estrellas blancas y la túnica es encarnada.

En 1763 se inauguró el primer santuario, pero la celebración anual se remonta al 8 de mayo de 1887 cuando el Papa León XIII celebró la coronación canónica de la imagen, con la asistencia de altos dignatarios de la Iglesia Romana y del Cabildo Eclesiástico Metropolitano.

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La devoción a la Virgen de Luján fue promovida por el Padre Jorge María Salvaire, un gran evangelizador de los pueblos indígenas. Fue él quien convenció al Papa León XIII para que concediera la coronación del ícono que se celebró en mayo de 1887. 

El Pontífice también estableció su propio Oficio y Misa para la fiesta de la Virgen de Luján, que se fijó para el sábado anterior al cuarto domingo después de Pascua. Y fue el mismo Padre Salvaire quien inició la construcción de la actual Basílica que recibe millones de visitantes por año y no solo de la Argentina. 

Oración a la Virgen de Luján

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria;

hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia ti, Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos

Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús.

Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos. Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes.

Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.

Te pedimos Madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión.

Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz Madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera.

Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca:

¡Argentina! ¡Argentina, canta y camina!

F.D.S./FeL