"Siempre impactó, y lo sigue haciendo con su sello evangelizador", relató el padre cordobés Alberto Bustamante a Perfil.com sobre el exprimado Jorge Mario Bergoglio. Bustamante se desempeña como presidente del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), y desde allí compartió nuevas anécdotas sobre el ahora papa Francisco.
La relación entre ambos sacerdotes comenzó cuando Bergoglio, al estar a cargo de la Conferencia Episcopal, firmó el nombramiento de Bustamante como titular del Consudec. "Nos acercamos con mi equipo para agradecerle y desde entonces nunca dejamos de escuchar su consejo y parecer sobre distintos temas", dijo.
Bustamante define al actual Papa Francisco como un "hombre muy cercano, con delicadeza en el trato, con preocupación por el prójimo". "Cuando te recibía, él te hacía sentir que no había nadie más importante que uno. Como si no tuviera otra cosa que hacer que atenderte", explicó.
"Tenía una memoria prodigiosa, siempre recordó hasta el más mínimo detalle de cada encuentro. Yo siempre digo que tenía una memoria de pastor: nunca olvidaba los nombres ni los motivos del encuentro con cada persona. Es una gran dimensión de cercanía", compartió el religioso.
Y recordó con la gracia que suele acompañar a un cordobés que comparte una anécdota: "Como recibía a todo el mundo, yo también una vez le pude presentar en Buenos Aires a mi familia, entre quienes se encontraba mi sobrinita Guadalupe que en aquél momentos tenía cuatro años. Una semana después, tras regresar a Córdoba, mi sobrina le dice a mi hermana que quería hablar con el Cardenal por teléfono. Mi hermana naturalmente se lo negó, pero ante la insistente persistencia de Guadalupe, decidieron llamar al Arzobispado para demostrar que no era posible. Sin embargo, la secretaria de Jorge tenía la orden de tomar nota de todos los llamados. Media hora después, el Cardenal llamó por teléfono a Córdoba. Atendió mi sobrina y la madre le preguntó con quién hablaba. 'Bertoglio', respondió al pronunciar mal el apellido. Mi hermana no lo podía creer".
"Siempre impactó su claridad además", opinó. "Quizás una claridad no de tantas palabras, pero sí con aciertos y gestos. Estaba muy seguro en sus apreciaciones, en sus consejos, en la capacidad de acompañar discernimientos. Decíamos en broma que si el Cardenal decía que era carnaval, en pleno octubre, había que apretar el pomo. Siempre orientaba con aciertos".
Sin hacer pausa alguna, el padre Bustamante continuaba recordando con alegría las más curiosas y particulares historias sobre quien ahora dirige los destinos de la Iglesia católica universal. En el momento en que "Habemus papam" fue pronunciado en el balcón frente a la Plaza de San Pedro, el padre se encontraba en una reunión de trabajo en el Consudec. "Fue un gozo y una alegría indescriptible. Tuvimos la sorpresa y conmoción que se tiene ante una manifestación de Dios, como la que tuvo Moisés frente a la zarza ardiente. Quedamos estupefactos".
Otra anécdota vino a la memoria de Bustamante. "Sus gestos siempre fueron para con todos, y no para algunos pocos privilegiados. Yo también le admiraba sus salutaciones pascuales. En época de Pascuas, uno siempre recibía una tarjeta escrita de puño y letra por el Cardenal en el que no decía nada más que 'Felices Pascuas', sino siempre incluyó una extensa nota dedicada y personalizada al destinatario", contó.
Y agregó: "Todo esto se suma una larga lista de delicadezas. Tan importante era para nosotros que hasta tuvimos una sensación de orfandad, porque siempre sabíamos que podíamos recurrir a él. En él se daba la expresion del Cardenal De Carli: 'El tiempo no es algo que pasa, sino alguien que viene a tu encuentro'. Uno con el Cardenal Bergoglio tenía uno esa experiencia, el tiempo era el encuentro con cada uno".
"Estamos ante un paso de Dios muy intenso por la vida de la iglesia y por la vida de nuestro patria", concluyó.
(*) De la Redacción de Perfil.com.