SOCIEDAD
Un baño de esperanza

El argentino detrás del proyecto para homeless en Los Ángeles: ya ofrecieron más de 100 mil duchas y suman 20 mil voluntarios

Damián Mazzotta volvió a la Argentina para presentar “Una gota de dignidad” el libro que recoge su experiencia en la organización de una ONG dedicada a quienes no tienen un techo. Un texto “para demostrar que todo esfuerzo cuenta”.

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The shower of hope | Gtlza Prensa Damián Mazzotta

Tener un techo es un privilegio en Argentina y en casi todo el mundo y Damián Mazzotta, un argentino que vive en Los Ángeles, Estados Unidos, decidió no naturalizar esa situación y se comprometió en ayudar a las personas que viven en la calle. Allí con “The shower of hope” ya montaron 100.000 duchas para que “darse una baño caliente” sea una posibilidad para quienes lo perdieron todo.

Este jueves 5 de mayo a las 20.30  se presenta en la feria del Libro, “Una gota de dignidad” en el que Mazzota reúne su experiencia para compartir información con quienes quieran replicar su ejemplo y “para movilizar a los individuos y las organizaciones a ser parte de la solución y demostrar que todo esfuerzo cuenta”.

En ese centro urbano mundial, hay gente que vive en carpas, en sus autos, en terrenos abandonados y no tiene acceso a una vida digna y, motivado por Mel Tillerkeratne, Mazzotta se comprometió a sumar todo lo posible para que los desamparados de Los Ángeles tuvieran oportunidades. “Sumado a la falta de viviendas hay un sector de los desamparados que sufre de adicciones y ha sufrido problemas mentales y no hay una red de contención para eso”, detalló Mazzotta en diálogo con PERFIL.

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“Antes de la pandemia había unas 600 mil personas en situación de calle en Estados Unidos y de ellas unas casi 80 mil estaban en Los Ángeles y hay más de 6 mil personas que viven en autos en Los Ángeles”, explicó. 

-¿Cómo es la regulación allí para la gente que vive en carpas, hay algún tipo de reglamentación?
-La ciudad acá resolvió no ser tan rigurosa con eso, hay una lucha interna entre ciudadanos, pero algunos plantean hasta qué punto se le puede impedir a alguien que viva en la calle si no tiene dónde ir. A veces salía alguna ley de distrito que barría toda una zona, pero esa gente se asentaba en otro lugar porque no tenían opción. Acá los refugios están colapsados y al ser un número tan grande de gente es un tema muy complejo.

-¿Y qué lo impulsó a involucrarse en esto?
-Porque tuve la oportunidad, cuando era gerente general de uno de los periódicos más relevantes de habla hispana en Estados Unidos, de relacionarme con la comunidad inmigrante y tuve la oportunidad de conectar con fundaciones, con corporaciones y gente del mundo gubernamental que trabajaban en ese sector. Entonces me sumé a apoyar una iniciativa que tenía que ver con los desamparados que se estaba armando como contenido del medio y me acerqué a ayudar y una vez ahí conocí a Mel que es con quien decidimos formalizar la organización “A shower of hope”.

-¿Cómo trabajan los temas de salud mental y adicciones?
- Son temas que vienen de la mano con el desamparo: A veces por las adicciones una persona queda por fuera de una red de contención y termina en la calle y hay gente que por otros temas, por quedar en la calle, es más vulnerable a caer en alguna adicción. El gobierno tiene especialistas, porque es un tema que se puede tratar solo con especialistas y a la par, como nosotros tenemos este servicio de duchas e higiene en 25 puntos de la ciudad todas las semanas, el Gobierno decidió alinear especialistas del Departamento de Salud Mental sobre sobre nuestras locaciones. La verdad es que cuando una persona está en la calle después de determinado tiempo, el trauma es bastante grande y bueno, después de que puede darse una ducha, tener la posibilidad de acceder a comida y sentirse un poco mejor, la persona está más predispuesta a poder recibir ayuda.

-¿Qué lo impulsa a seguir?
- Y… el hecho  de estar ahí es toda la diferencia del mundo. O sea, todos hemos tenido algún momento de necesitar a un amigo o alguien y la realidad es que una persona que se queda sin este síndrome de contención y además empieza a sufrir el desgaste de no poder acceder a higienizarse y de no poder hablar porque también esa es una barrera que se levanta a través de esa de esa problemática, la verdad que es poder ver que las personas a las cuales ayudamos las pone contentas el hecho de que estemos ahí. Después hay muchísimos más escalones, hay quienes hoy son empleados y, hay gente que ha conseguido casa. Hay gente que ha conseguido un mejor trabajo y eso es gratificante.

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-¿La mayoría de estas personas sin casa son inmigrantes?
-Los inmigrantes son una minoría, no pequeña, pero dentro de la totalidad son una minoría. La comunidad inmigrante, aunque parezca mentira, tiene sus propias redes de contención, se apoya bastante. 

Del periodismo al trabajo de campo

Damián Mazzotta tiene 42 años y cuando llegó a los Estados Unidos, hace casi diez años, fue Gerente General de la Unidad de Negocios de la Costa Oeste de Impremedia y se centró en impulsar el medio de noticias hispano La Opinión, con foco en la comunidad inmigrante. “En el periodismo hay una tendencia a buscar la polarización y el clic rápido versus cosas que por ahí generan una relación y una sostenibilidad más orgánica con los lectores o la audiencia o la comunidad”, reconoció el autor. 

“Es una dinámica un negocio que se volvió muy leonino y lamentablemente me da la sensación de que el periodismo, por lo menos en Occidente que es donde más conozco, me da la sensación de que nos hemos polarizado bastante y están faltando otras cosas”, lamentó. 

Quizás en ese desencanto, Mazzotta pasó del relato a la participación y se dedica desde hace varios años a crear o sumarse a iniciativas para ayudar a quienes tienen menos oportunidades. En 2017, co-fundó EndHomelessness California, una organización sin fines de lucro y en 2019 se lanzó con The Shower of Hope Program (www. theshowerofhope.org). Esto último comenzó con un tráiler con 4 duchas y voluntarios y actualmente la organización opera en más de 25 locaciones todas las semanas, con una estructura de 9 trailers, y movilizando más de 200 personas por semana entre empleados y voluntarios.

Son muchas las acciones de fomento que llevó adelante y este jueves 5 de mayo está la oportunidad de conocerlo en la presentación de su libro “Una gota de dignidad”, en  la Feria del Libro a las 20.30 en la sala Tulio HalperinDonghi, pabellón amarillo. "La retribución es gigante, porque no hay nada mejor que te tiendan una mano y cuando podés tenderla es un privilegio poder ayudar y recibir ese afecto",concluye entusiadmado.

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