SOCIEDAD
Vacaciones

El clima convirtió a Córdoba y la Patagonia en ganadores, pero mantuvo en jaque a la costa

En Mar del Plata y Pinamar los viajeros de último momento estuvieron pendientes del pronóstico. En Bariloche hubo nieve y playa. Prevén más ocupación en todos los destinos.

20180119_bariloche_playa_sec.tur.bariloche_g.jpg
Distintos. En el Sur hubo nieve y sol (foto Bariloche), igual que en Córdoba. En la costa atlántica hizo poco calor. | Secretaria Turismo Bariloche

Temporales de lluvia y al rato, sol. Temperaturas mínimas más dignas de agosto que de enero. Nieve en pleno verano y al día siguiente, calor para playa. Este verano, el clima es más protagonista que nunca, y los viajeros de último momento, que planifican sus escapadas o acortan sus estadías a los fines de semana, estuvieron pendientes del pronóstico para concretar sus reservas, según admiten en los principales balnearios de la costa atlántica.

En Bariloche, San Martín de los Andes y Villa La Angostura, en tanto, los primeros días de enero convivieron con días de playa “a full” y nevadas imprevistas. Auguraban el mejor verano de la última década y las cifras, dicen, resultan alentadoras.

Las sierras de Córdoba, por su parte, mantuvieron su ocupación promedio y gozaron de un clima que colaboró con los turistas habituales.

Todos los destinos principales del país, sin embargo, auguran una segunda quincena en alza y prevén más ocupación que en los primeros días del año.

Al mal tiempo, buena cara. “Sabemos que la tecnología, en el caso del clima, tiene un rol preponderante, poder saber anticipadamente cómo estará el tiempo genera ese turista espontáneo que, ante un pronóstico negativo del clima, pueda anular su viaje. Puntualmente en Mar del Plata, tenemos viajeros espontáneos, que deciden venir al finalizar la semana ir a pasar el fin de semana”, cuenta Gabriela Magnoler, presidenta del Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata.

El clima en la primera quincena no fue tan bueno como en 2018, y eso se nota. De todos modos,  para el visitante que ya estaba en la ciudad hay muchas opciones para poder tener un excelente día más allá de no estar disfrutando de la playa, como museos llenos y opciones gastronómicas y teatrales”.

Para la segunda quincena, dice, “históricamente hay mayores niveles de demanda, y entendemos que se va a respetar esta tendencia que se viene dando estos últimos años. Tenemos además fútbol de verano, que tracciona”, agrega.

Más turistas y menos gasto en el verano con el dólar a $ 38

En Pinamar, en tanto, “el clima no acompañó, a diferencia de la temporada pasada. Tuvimos muy lindos días en diciembre, pero los primeros días de enero la verdad que estuvieron difíciles, nublados, no hizo calor”, admite el intendente Martín Yeza.

Aunque el consumo estuvo en receso esta quincena en varios centros de la costa atlántica, funcionó muy bien la oferta de los “after” y trasladar la noche a horarios más tempranos. “La gente aprovechó igual la playa, porque no hubo lluvias torrenciales.

La gran cantidad de actividades que ofrecen los balnearios ayudaron bastante”, agrega Yeza. Allí, y en el vecino Cariló, “‘explota’ el centro cuando hay mal clima: en el teatro La Torre se adelantan las funciones; hay cine, lugares de merienda clásicos.

De las redes sociales al teatro: la cartelera millennial del verano

El cambio de quincena encontró a la ciudad “repleta. Es fácil darnos cuenta del incremento de demanda por el estacionamiento, hay alta demanda de electricidad y de agua. Cuando pasa eso es porque estamos en el límite de la capacidad de la ciudad. El año pasado fue así solo los fines de semana, y este, entre semana”.

Cariló, Valeria del Mar, Ostende y Pinamar promedian, entre todas, un 80% de ocupación, afirman fuentes del sector inmobiliario.

 

En alza.

“Algunos días lloviznó y hubo vientos, pero muy poco, la mayoría fueron soleados. La nevada fue durante los días que lloviznaba, y sorprendió a todos los turistas, estaban muy contentos, estar paseando y que te sorprenda la nevada fue fascinante para la gente que lo vivió, hace ocho años que no nevaba de esta forma”, se entusiasma Gastón Burlon, secretario de Turismo de Bariloche.

“Hay opciones como las casas de té, chocolaterías, excursiones que no se suspenden por mal clima”. Según el funcionario, la temporada está resultando positiva: “Hay un 75% de ocupación hotelera, un 10% más del año pasado. En la segunda quincena esperamos poder llegar a un 80% u 85%”, dice.

El consumo “se mantuvo como el año pasado: Bariloche tiene una alta y amplia gama de ofertas, hay menúes diarios por $ 160, y de alta gama. Este año tenemos un 40% de extranjeros, que gastan más”.

“Estamos arriba del 85%, una de cada dos personas que viene a Villa La Angostura es pasajero frecuente”, asegura por su parte Pablo Bruni, secretario de Turismo de esa localidad.

“El año pasado hubo mucha planificación pero ahora se ‘negocia’ mucho en el momento, la gente espera a ver cómo va a estar el clima. Es un año llovedor pero en promedio nos tocaron días lindos”, asegura el presidente de Agencia Córdoba Turismo, Julio Bañuelos. Para esta quincena, esperan “los mejores días de toda la temporada, con un 80% de ocupación promedio y picos en los fines de semana”.

En Pinamar y Cariló volvió el ‘turismo VIP’ y subió la demanda de casas más caras. A pesar del clima errático, los pronósticos en una temporada marcada por la crisis son optimistas: este año, aunque la gente se cuide más de lo que gasta, Pinamar y Cariló vieron volver a un público que creían haber perdido: los turistas VIP, que elegían Punta del Este o algún otro balneario uruguayo, brasileño o más allá, cambiaron devaluación por servicios –aunque caros– en pesos.

“Antes veraneábamos en Uruguay y veníamos a veces por acá, pero este año decidimos venir directo a Pinamar. Cuando el dólar se fue a casi $ 40 cambiamos Punta del Este por acá. La quincena en la casa, cerca del parador Boutique, costó unos $ 70 mil. La elegimos para que los chicos se puedan manejar solos y porque alquilamos la carpa ahí”, cuenta Cristian Aruzzi, con su mujer Paula y sus hijos de 18, 10 y 8 años. Son de Bariloche y eligieron esa ciudad porque también tienen amigos que están allí o en Cariló.

La primera quincena de enero tuvo picos de 85% de ocupación en la Costa

Este público “regresado” tiene un alto nivel de consumo: se inclina por los hoteles cuatro estrellas con buenos servicios, los aparts con amenities y las casonas con jardín y pileta. “El nivel de ocupación es alto, del 90%, a diferencia de las dos últimas temporadas. El pico de reservas se produjo con la suba del dólar. Después se estabilizó, pero ya teníamos casi todo alquilado”, explica Silvia Melgarejo, de la sucursal Cariló de la inmobiliaria Constructora del Bosque.

“Tenemos más de 600 casas, de alta gama y medianas o sencillas. La que tiene mayor demanda es la casa moderna con pileta climatizada, quincho integrado, buena ubicación. Hay de 40 mil hasta 200 mil pesos. En promedio puede ser unos 120 mil pesos la quincena en enero, depende la zona”.

“Lo que hacíamos era irnos los primeros días a Uruguay y después nos veníamos a Pinamar. Este año lo que hicimos fue irnos unos días menos, no tantos días allá y vinimos más temprano para acá. Acá nos quedamos hasta fin de mes. Decidimos hacerlo así para poder estar unos días más acá y también porque es caro estar tanto tiempo allá, el tema del alojamiento y la comida”, cuenta Félix Siassi, que cambió el Este uruguayo por la costa atlántica local con su novia Sol Gullo.

“Notamos que está bastante más caro que el año pasado, una botella de cerveza cuesta $ 200 en un bar. Pero aun así es más económico que afuera”, agrega. Para Martín Yeza, intendente de Pinamar, “tenemos una oferta que ‘empareja para arriba’” y atrae turistas de alta gama.