Fernando Abal Medina, el primer jefe de Montoneros, murió cuando tenía 23 años, el 7 de septiembre de 1970, en un tiroteo con la policía en la pizzería “La Rueda” de la localidad de William Morris, en el Gran Buenos Aires.
Cuarenta años después, Abal Medina encabeza los nuevos listados del Nunca Más, el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), y la nómina del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado que se levanta en la Costanera Norte porteña.
Todo eso gracias a los Kirchner y a su vocación por reescribir la historia de los setenta para presentar como los legítimos herederos de aquella “juventud maravillosa” , que incluyó la “actualización” de los listados de la Conadep, que fueron presentados en la Feria del Libro de 2006.
En aquel momento, la polémica fue atizada por la incorporación de un nuevo prólogo, pero nadie reparó en los nuevos listados del Tomo II de los Anexos del Nunca Más.
En total , son 526 las personas fallecidas antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976 que, como Abal Medina, son consideradas víctimas de “ejecución sumaria”, una categoría creada en 2006 por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Hay de todo en esa categoría: muertos por grupos paramilitares como la Triple A; caídos en ataques a comisarías y cuarteles como el de Formosa, el 5 de octubre de 1975, y hasta jóvenes fusilados por Montoneros acusados de traidores y delatores.
Hasta ahora y salvo que el kirchnerismo tenga una nueva versión de los hechos, Abal Medina falleció durante un tiroteo con la policía junto con su compañero Carlos Ramus, quien, más precisamente, murió cuando una granada que estaba por arrojar le explotó en la mano. Es decir que no fueron ejecutados en forma sumaria, fusilados sin juicio previo. En homenaje a ambos, los montoneros designaron el 7 de septiembre de cada año como el “Día del Montonero”.
Los nuevos listados de la Conadep indican como fuente de información para la inclusión de Abal Medina y de Ramus el REDEFA, es decir el Registro de Fallecidos de la Ley 24.411, que es la norma que en los noventa estableció el pago de una indemnización para los parientes de los desaparecidos y muertos antes del 10 de diciembre de 1983.
En otras palabras: los parientes de Abal Medina y Ramus cobraron esa indemnización, que en marzo ascendía a casi 621 mil pesos, poco más de 150 mil dólares, y ese dato sirvió para que incorporaran esos nombres tanto al Nunca Más como al Monumento de la Costanera Norte porteña.
Son casos que ilustran la conversión de guerrilleros caídos en combate en víctimas del terrorismo de Estado, que ha permitido a sus parientes cobrar una suculenta indemnización pública.
(*) Editor jefe del diario PERFIL y autor de “Operación Primicia”.