Cuántas veces se escuchan historias de amor llenas de pasión en donde los protagonistas dicen que fue a primera vista. La idea es maravillosamente romántica, dos extraños se ven a través de una habitación llena de gente, hay una atracción instantánea, salta una chispa y de repente sienten que han encontrado a alguien especial. Podríamos considerar que el encuentro entre Juan Domingo Perón y Maria Eva Duarte el 17 de enero de 1944, fue un claro ejemplo de ello.
Fue el 15 de enero de 1944 que se produjo un terremoto en la provincia de San Juan, que ocasionó la muerte de cinco mil personas y varios destrozos en la ciudad. Este accidente natural mostró las falencias que presentaba la provincia en materia edilicia. En aquel entonces, Perón era el Secretario de Trabajo y Previsión, y a causa de los daños realizó un acto en el estadio Luna Park, con el objetivo solidario de ayudar a las víctimas del terremoto.
Entre una de las tantas declaraciones J. D. Perón dijo "la tragedia de San Juan fue una calamidad nacional. Para socorrer a la población movilicé al país entero; llamé a hombres y mujeres a fin de que todos tendiesen la mano a aquella pobre gente de aquella provincia remota"
Eva entró en mi vida como el destino
En ese ámbito fue donde se conocieron Juan Domingo Perón con quien sería su futura esposa, la actriz María Eva Duarte. Ella se ubicó en primera fila con la intención de estar lo más visible posible, pues, según allegados, hacía tiempo que quería conocer personalmente a Perón. Aquel día, llevaba un vestido estampado, y en su cabeza un gran sombrero con vivos negros, con el objeto de lograr llamar la atención del coronel. El amor fue instantáneo y pasaron pocos días hasta que ambos decidieron irse a vivir juntos. Pasado el año, decidieron casarse el 22 de octubre de 1945 en Junín, provincia de Buenos Aires. Desde entonces Evita comenzó a tener una participación activa en política con el fin de impulsar medidas que favorecieran a la ayuda social y al apoyo a los derechos políticos de la mujer.
"Fue un trágico terremoto de San Juan, que me hizo encontrar a mi mujer. Entre los tantos que en aquellos días pasaron por mi despacho, había una joven dama de aspecto frágil, pero de voz resuelta, con los cabellos rubios y largos cayéndoles a la espalda, los ojos encendidos como por la fiebre. Dijo llamarse Eva Duarte, ser una actriz de teatro y de la radio y querer concurrir, a toda costa, a la obra de socorro", relató Perón en vida, recordando su encuentro fortuito.
Sin embargo, esta historia de amor terminó el 26 de julio de 1952, cuando Evita con tan sólo 33 años y sin dejar hijos, murió a causa de un cáncer de útero. Fue así que J.D. Perón perdió aquel día a su mejor amiga, mejor compañera y esposa.
Cuando el médico confirmó la muerte, "Perón se puso a llorar como un niño y llegó a decir ¡Qué sólo me quedo, María Eugenia!”, así lo contaría seis décadas después una enfermera que vio morir a la mujer, más amada, más temida, la señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación Argentina.