SOCIEDAD
deporte al aire libre

El furor por las maratones se traslada de la ciudad a la playa

Tanto en la Costa Atlántica como en Punta del Este cada vez más personas se anotan para participar de carreras con vista al mar. El running no se toma vacaciones.

Entrenados. Corredores de la Maratón del Desierto, que se realizó la semana pasada en Pinamar. La próxima es en Villa Gesell, el 9 de febrero.
| Aballay

Javier Peralta (34) engancha una botella de agua fría en el cinturón y se prepara para salir a correr. Desde que llegó a Mar del Plata, su rutina diaria incluye una hora de correr todas las mañanas. Lo relaja, dice. “Siempre corro, me gusta y más en vacaciones. Algunos me dicen que me relaje y descanse, pero corriendo logro eso. Dejé de fumar hace cinco años y empecé a correr. Lo recomiendo”, cuenta.

Su caso es el de muchos veraneantes que eligen no cortar con su rutina de ejercicio durante las vacaciones, y que, además de hacerlo por placer, se anotan en maratones.
Es que el fenómeno del running, que durante el año copa la ciudad, en verano se traslada a la costa.

Hoy, por ejemplo, en Mar del Plata se corren los 10k de Open Sport, carrera para la cual se anotaron 1.500 personas. José Mutti, organizador de la maratón y director de una cadena de gimnasios,  asegura que es sorprendente ver la cantidad de corredores que hay cada verano. “Todo el año tenemos clientes que entrenan, pero sorprende la cantidad que se suma a las maratones. Es un gran deporte y hacerlo en un lugar donde la vista favorece es mucho mejor”, advierte.

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El apoyo de las empresas es fundamental para que una carrera pueda hacerse, y cada vez son más las que esponsorean este tipo de eventos, que los vincula con la vida saludable. En el caso de Mar del Plata, es la Asociación Marplatense de Atletismo (AMA) la que da el permiso para organizar una carrera, cuyos costos pueden estar entre los 6 mil y los 12 mil pesos, según el recorrido, la zona y la cantidad de corredores. Luego se debe obtener el permiso de la Municipalidad y la Dirección de Tránsito, por lo que los costos se incrementan. En lo que va del verano ya hubo al menos cinco maratones entre Pinamar –con la Maratón del Desierto, que también se hace en Villa Gesell–, Miramar y Mar del Plata (ver agenda de carreras aparte).

“En el año corro dos veces por semana, pero en vacaciones lo hago todos los días. Tengo tiempo libre y aprovecho, porque el cuerpo te pide hacer algo. Las maratones me encantan, siempre que puedo me anoto. Empecé tarde a correr y a veces pienso: ¡cuántos años sin saber que era tan lindo! Te cambia la energía”, dice Marcela Toribio (38), que llegó de Merlo a Mar del Plata, donde corre todas las mañanas por Playa Varese.

En Uruguay, ver gente corriendo en Punta del Este ya es una postal obligada de las mañanas y cuando cae el sol. La costanera de La Mansa, La Barra y Manantiales son los lugares más elegidos.

El lunes se corrió la tradicional Carrera de San Fernando, que ya cumplió su 40º aniversario. Se anotaron cinco mil corredores de 25 países, para hacer el trayecto de diez kilómetros entre las ciudades de Maldonado y Punta del Este. Verónica (35), argentina de vacaciones en Punta del Este con su novio, cuenta: “Esta es la segunda vez que la hago y me encanta. Sobre todo porque hay gente de todo el mundo. El verano es un buen momento para hacer ejercicio. Acá salgo a entrenar tipo 21, cuando cae el sol”, dice. En Buenos Aires, corre una o dos carreras por año.

Por su parte, Daniel Tangona, personal trainner, advierte que, si bien correr en verano es bueno, hay que hacerlo de forma responsable, porque los hábitos de dormir poco, tomar alcohol y comer mal pueden ser una combinación explosiva. “Correr cuando baja el sol o por la playa es una opción que te llena de energía, sirve para descargar el estrés, la angustia, la depresión y la ansiedad”.  Y agrega: “Vale correr en verano porque no podés estar todo el tiempo viendo tele, leyendo, o tirado en la playa. La combinación con ejercicio es perfecta, y uno vuelve con pilas para arrancar el año”.