En noviembre pasado, Facundo Cabral dejó su firma en el registro civil Nº 1 de Capital Federal. De esta manera sellaba su amor con Sylvia Pousa Garófalo (53), su compañera desde la década del ochenta.
Pero con la repentina muerte del cantautor, parece que esta decisión toma otra dimensión. “Sylvia y Facundo jamás creyeron en los FORMALISMOS legales, pero para darle un respaldo legal a Juan decidieron casarse. Además, pasará a tener su apellido. Facundo siempre tuvo muchos actos de generosidad a lo largo de su vida, pero en el último tiempo fueron más: como, ahora, instalar con su muerte la problemática social de Guatemala”, cuenta a LIBRE Eliana Aromando (39), su asistente.
Juan Francisco Pousa es el hijo biológico de Sylvia. Nació en una de las separaciones de la mujer con Facundo. Era una relación de compañerismo y amor, pero no era fácil lidiar con las AUSENCIAS del músico, producto de las giras y su espíritu caminante. Juan hoy tiene 18 años, y vive en Mar del Plata con su mamá. “Es un momento muy difícil para ellos”, asegura Eliana. El chico quedó como el único heredero de las obras de Facundo. “Eso no se cuestiona porque el que conocía a Facundo sabía que tenía devoción por él”.
Hace años, cuando Cabral y Juan salían de un teatro, el joven le comentó a un amigo que su “papá” trabajaba para comprarle CHOCOLATES. Y Facundo así justificaba y daba un sentido a sus horas de giras. “Siempre decía que cantaba para comprarle esos chocolates”.
(*) de la redacción de Diario Libre.