Jan Liwacz fue un herrero polaco, a quien arrestaron en 1939, luego de la invasión nazi a Polonia. Enviado a prisión y trasladado en incontables ocasiones, lo deportaron al campo de Auschwitz, en el que permaneció por unos cuatro años. En ese submundo y, debido a su profesión, los nazis le encomendaron la tarea de forjar el famoso letrero de bienvenida que rezaba “Arbeit macht frei”: "El trabajo te libera", una burda e irónica leyenda que leían los que ingresaban y luego terminaban sus vidas en cámaras de gas donde finalmente la muerte los liberaba de un sufrimiento inaudito.
En ese marco, de acuerdo al relato reconstruido por el usuario de Twitter @RestaurandoDign, que se encarga de restaurar fotos de las víctimas del fascismo y la guerra civil, Jan decidió colocar la letra B de la palabra 'Arbeit' (trabajo) al revés, a modo de protesta, para simbolizar que aquella frase era mentira y, por mucho que trabajasen no saldrían de ese infierno, “si no era por la chimenea del crematorio”.
El ejército soviético liberó Auschwitz el 27 de enero de 1945
Este acto de rebeldía del herrero no fue advertido por los nazis, razón por la que el famoso cartel, que mide unos 5 metros y pesa unos 40 kilos, permaneció con la letra B al revés. Además, hasta el momento se desconoce si los otros prisioneros que trabajaron en la realización de aquel letrero junto a Liwacz estaban al tanto del verdadero significado de esa ‘equivocación’.
Cabe mencionar que ese acto de protesta de Liwacz no se limitó solo al campo de Auschwitz, sino que, con el tiempo, se transformó en un símbolo a partir de la liberación de aquel campo de concentración. Tal es así que, en el año 2013, en la Plaza Wittenberg de Berlín, se erigió una escultura que tiene la misma forma de la letra original que el herrero de Auschwitz colocó al revés, y fue llamada “To B remembered”.
Liwacz tras su liberación
En 1944, Jan Liwacz fue transferido al campo de Mauthausen, y permaneció en los subcampos de Melk y Ebensee hasta su liberación, el 6 de mayo del año 1945. Luego de ello, viajó a Polonia junto a Alfons Wrona, uno de sus compañeros de celda en Auschwitz, y ambos se instalaron en Bystrzyca Kłodzka. Una vez allí, Jan comenzó a trabajar en una fragua local como artista herrero.
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Según se sabe, entre otras cosas, el herrero forjó en el año 1953, una valla para la escultura de la Santísima Trinidad y la llamada "elevación" en la Plaza de la Libertad en Bystrzyca, como regalo para la ciudad. Además, luego de jubilarse, continuó enseñando herrería artesanal en una escuela vocacional, hasta su fallecimiento, en el año 1980.
Por último, en el año 2008, a 110 años de su nacimiento, se inauguró una exposición en Bystrzyca Kłodzka, en la que se presentaba su vida y obra.
Qué era y cómo funcionaba el campo de Auschwitz
El de Auschwitz fue el campo más grande establecido por los alemanes, y se construyó en el año 1940. Inicialmente, este se utilizó para recluir a líderes políticos y miembros de la resistencia, pero luego se transformó en uno de los elementos claves para el plan nazi de exterminar a los judíos. Se trataba de un complejo de campos, que poseía un campo de concentración, uno de exterminio y uno de trabajos forzados.
En aquel lugar se llevaron a cabo todo tipo de torturas, desde trabajos forzados hasta experimentos médicos. Debido a la constante deshumanización, la mayoría de los prisioneros de Auschwitz sobrevivían solo algunos meses, o incluso semanas. En ese marco, los prisioneros más débiles, o quienes estaban demasiado enfermos como para trabajar, eran condenados a morir en las cámaras de gas, que llegaban a albergar hasta dos mil personas a la vez.
Los que se fugaron y sobrevivieron al horror de Auschwitz
Algunos de los prisioneros se suicidaban arrojándose contra el alambrado electrificado, y muchos otros tenían el aspecto de cadáveres ambulantes, a causa del hambre extrema y los trabajos forzados. Además, quienes estaban recluidos en Auschwitz dormían de a cinco o seis, sobre planchas de madera, de forma transversal y su único alimento consistía en sopa aguada a base de carne y verduras podridas, algo de pan, margarina, té o una bebida amarga parecida al café.
Según la Enciclopedia del Holocausto, al menos 1,1 millón de personas murieron allí, antes de que el campamento fuera liberado por tropas soviéticas, y 9 de cada 10 de las personas fallecidas era judía.
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