“Estoy tan contenta que sí, me siento una Barbie. Es la imagen que uno quería de chiquita y hoy estoy cerca de eso. Es rubia, cuerpo estilizado, casi perfecta” asegura Charlotte Caniggia en la entrevista de la revista Gente. Pero ese ideal de belleza resulta imposible y más que peligroso.
Según un estudio realizado por la Asociación Nacional de la Anorexia de Estados Unidos cuatro de cada cinco nenas de 10 años dicen que tienen miedo de ser gordas, que se sienten bien haciendo dieta, y la mayoría quiere lograr ser Barbie.
La blonda de plástico es un modelo irreal que según explica la organización norteamericana Rehabs nunca podría existir.La campaña “Muriéndose para ser Barbie” recrea cómo sería una mujer si intentara lograr las medidas que propone la muñeca. Los datos, obtenidos de un estudio realizado por la Universidad de Yale, explican que si la Barbie viviera mediría 1.75 metros y pesaría 50 kilos, unos 15 por debajo del peso sano para una mujer de esa altura. Un cuello tan largo y fino no le permitiría levantar la cabeza. Sus pequeñas muñecas no le dejarían levantar ni una bolsa de supermercado.