El clima de Buenos Aires está por demás caliente. Y no sólo socialmente. Sino por la temperatura que no baja de los 30 grados y producto del cambio climático –o no– recién estos días de febrero el verano parece haber asomado con toda su fuerza. Tal vez para huir del calor, o quizá para analizar el devenir electoral, incluso para descansar y no poner un punto final a las vacaciones estivales, lo cierto es que Elisa Carrió cruzó a la otra orilla del Río de la Plata y se la vio relajada en Uruguay.
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La diputada pasó primero pasó por Montevideo donde celebró la hermandad rioplatenses con una comida que tuvo como anfitrión al embajador argentino Mario Domingo Barletta. El ágape fue en la residencia oficial y allí también estuvieron otras dos adalides de Carrió, Marina Zuvic y Paula Oliveto.
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Después de esa reunión, Carrió siguió viaje rumbo a Punta del Este y allí, la esperaba otra comida, esta vez organizada por Gustavo Chopitea Barreda. A lilita se la vio alegre y relajada, luciendo un vestido estampado, disfrutando con amigos del paisaje esteño.
E.I./H.B.