SOCIEDAD
PADRE SOLTERO

La historia del enfermero de Tucumán que adoptó a un bebé abandonado

La conexión entre Matías Devicenzi y el pequeño abandonado a pocos días de haber nacido fue instantánea, y, desde hace dos años son una familia.

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Matías Devicenzi el enfermero que adoptó a un niño abandonado. | Gentileza (La Gaceta)

Un enfermero de Tucumán se convirtió el noticia por haber decidido adoptar al bebé que cuidó en neonatología, y que fue abandonado a los pocos días de nacer. "Si me abrís los ojos, te llevo a casa", le había prometido al menor que luchaba por su vida. 

El bebé, llamado Santino, fue abandonado en el hospital del Este Eva Perón de esa provincia en febrero de 2017: presentaba problemas genéticos y malformaciones, deficiencia respiratoria y una patología uronefrológica. Con ese debilitado estado de salud fue que lo conoció Matías Devicenzi, en ese entonces de 29 años. 

El enfermero relató en diálogo con la periodista Lucía Lozano del diario La Gaceta que al reincorporarse de unos días de vacaciones, lo primero que hizo fue acercarse al menor para ver cómo seguía. “Fui en seguida a verlo. Recuerdo que estaba en coma, con asistencia mecánica respiratoria. Soy de hablarles mucho a los bebés. Así que lo encaré y le dije, sin pensarlo dos veces: ‘che Negro, si me abrís los ojos te llevo a casa’”. En ese momento, Santino despertó.

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Matías junto a Santino.

Después de ese episodio y para cumplir con su promesa, se puso en campaña para concretar la adopción. Más allá de su voluntad, recuerda que en su entorno le alertaban que 'cómo se iba a meter en esto solo y a los 29 años'. En ese marco también le señalaban que era muy difícil que un juez lo deje hacerse cargo del niño. Sin embargo, eso no lo detuvo y siguió con su objetivo.

Santino debió ser sometido a una ureterectomía y trasladado a la Sala Cuna. Durante ese tiempo, el enfermero no pudo tener contacto con él. Para su alegría, el 12 de octubre de ese año logró obtener la guarda legal y pudo llevárselo a su casa. Para este momento, el bebé tenía siete meses y un retraso madurativo.

“Santino tuvo dos cirugías más: una en la que debieron extraerle un riñón para normalizar el funcionamiento urinario y otra para operarle las manos y los pies, ya que había nacido con seis dedos y eso le estaba complicando la estabilidad para caminar y para manipular objetos”, añadió Matías en declaraciones al mencionado medio. 

En la actualidad el nene, que ya tiene dos años, goza de buena salud y comparte sus días con su papá del corazón. “Es todo lo que no imaginé nunca. Hubo una conexión desde el primer día que nos conocimos. Cuando me preguntan por qué lo adopté, la respuesta es simple: él me eligió a mí”, concluyó en su relato.

F.D.S./ C. P.