Dos lugares considerados entre los más críticos de la ruta nacional 7 están entre las localidades de Iriarte y Diego de Alvear. El primero es un paso a nivel sin barreras que ya tuvo su madrugada trágica y el otro es la nueva rotonda en el puente sobre La Picaza, donde aún pescan los lugareños.
Las vías del ferrocarril, que cruzan la carretera en el kilómetro 364, constituyen una instancia peligrosa para los automovilistas, camioneros y choferes, debido a la escasa señalización que se suma a la espesa niebla durante la madrugada.
El 4 de marzo de 2004, doce personas murieron cuando la combi que las trasladaba desde Mendoza hacia la ciudad de Buenos Aires embistió una formación del Ferroexpreso Pampeano, a las 5.30. "No hay barrera, ni siquiera un 'pianito' que advierta sobre el paso del tren", explicó a DyN el jefe de Bomberos de San Gregorio, Raúl Melión.
El bombero alertó además sobre otro punto crítico ene la renovada ruta 7, precisamente el puente nuevo que permitió la apertura de la carretera, donde los lugareños pescaban con sus hijos cuando estaba cerrada al tránsito, una costumbre que no han perdido. "En el puente no hay banquina y en la pequeña rotonda la gente se queda a pescar, pero el problema es si llega a haber un accidente", apuntó Melión.
Fuente: DYN
Entre Iriarte y Diego de Alvear, dos puntos críticos
El primero es un paso a nivel sin barreras que ya tuvo su madrugada trágica y el otro es la nueva rotonda en el puente sobre La Picaza, donde aún pescan los lugareños.
