Francisco Giovanoli tiene 31 años y fue diagnosticado con epilepsia a los 6. Comenzó a cultivar cannabis para tratar su enfermedad, pero fue imputado penalmente. Este jueves, en el juicio oral y público en su contra, el fiscal pidió que se recalifique el caso y para las próximas horas se espera un veredicto absolutorio.
En mayo de 2014, personal de la Policía Federal comenzó investigar, a raíz de una denuncia anónima, a Francisco y realizó un allanamiento en la propiedad que alquilaba, donde encontraron 48 plantas de cannabis. Por esta investigación, el joven se encuentra procesado desde hace ya cinco años.
En diálogo con PERFIL, Mariano Fusero —abogado y presidente de RESET, una organización sobre políticas de drogas— comentó sobre los antecedentes jurídicos del caso: "aportamos a la causa como amicus curiae (latín para 'amigo del Tribunal') con un escrito con doctrina, jurisprudencia y una crítica al sistema prohibicionista". Además, explicó: "Le señalamos al juez una gran cantidad de casos parecidos –y de mayor cantidad de plantas incluso– donde se declaró que, mientras no haya indicios de comercio, las conductas de autocultivo están protegidas por la Constitución Nacional".
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El fiscal del caso de Giovanoli, Teodoro W. Nürnberg, pidió este jueves la recalificación de la causa para que no se lo juzgue por el delito de cultivo (con una pena de 4 a 15 años de prisión), sino por el delito de autocultivo (1 mes a 2 años de prisión), según el artículo 5 de la ley Ley 23.737.
Nürnberg consideró que el autocultivo está amparado por la Constitución Nacional (Artículo 19) y que su penalización es inconstitucional de acuerdo con el caso "Arriola", que en 2019 cumple 10 años de vigencia. Este es el antecedente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación donde se revirtió una condena por tenencia para consumo personal de marihuana, que no es punible siempre que no se afecten derechos de terceros.
Según informó Fusero, "el fiscal mencionó la contradicción que significa que en la misma jurisdicción (Chubut) en estos días un tribunal haya autorizado el cultivo con fines terapéuticos de una joven por el amparo impulsado por su madre, Berta Thachek, mientras que a Francisco se le impute y pretenda reprochar penalmente una conducta semejante".
"Este viernes a las 10 de la mañana es el veredicto del Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Comodoro Rivadavia, que entendemos que tiene que ser absolutorio porque no hay parte acusatoria ni querella para proseguir con la causa", concluyó el presidente de RESET.
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Potencial terapéutico. Por su enfermedad, el joven de Puerto Madryn ha tenido a lo largo de su vida numerosos episodios de convulsiones periódicas por los cuales su médico de cabecera le recetó medicación prescrita para paliarlos. Pero el medicamento sólo logró reducir sus episodios y no era inocuo. Le afectaba su estado de ánimo, la intensidad de sus pensamientos, la respuesta ante estímulos y la velocidad para procesar información. También le generaba adormecimiento y problemas de metabolismo y gastrointestinales.
En febrero de 2009, el joven sufrió un ataque muy fuerte y comprendió que el medicamento no estaba dando los resultados esperados. Entonces comenzó a probar el cannabis y logró una mejoría notable. No sólo cesaron sus ataques sino que notó mejoras cognitivas generales. Al evidenciar estos avances, Francisco comenzó a cultivar cannabis para su propio consumo con la cantidad de plantas necesarias para su tratamiento permanente.
Cabe recordar que la sustancia está actualmente reconocida en su potencialidad terapéutica y medicinal en decenas de países del mundo y por la propia Organización Mundial de la Salud.
M.D.L./F.F.