Uno de los anhelos de Horacio Rodríguez Larreta es tener en la Ciudad un parque lineal al estilo del High Line neoyorquino. La idea tomó forma cuando se delineó el proyecto de integración urbana entre la Villas 31 y 31 Bis de Retiro con la Ciudad y se decidió la construcción de una nueva traza de la autopista Illia.
Sin embargo, el jefe de Gobierno porteño deberá esperar, por lo menos, hasta principios de 2020 para ver la obra hecha realidad: según pudo averiguar PERFIL, el inicio de los trabajos de construcción de esa vía rápida se pospuso hasta fines de este año o principios del que viene.
En medio de rumores de obras “paradas por crisis”, según los motivos esgrimidos por funcionarios del Ejecutivo la demora se debe a “la priorización de otras obras viales que ya se están ejecutando” y que apuntan a generar una “verdadera revolución en el tránsito porteño”, según dijeron desde los pasillos del edificio Lezama, sede del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte. Entre estas obras sobresalen el Paseo del Bajo, que unirá el sur con el norte de la Ciudad a través de carriles exclusivos para tránsito pesado y micros de larga distancia, y la construcción de los viaductos en los ramales San Martín y Mitre, que tiene por objetivo la eliminación de los pasos a nivel tanto en la zona de Palermo como de La Paternal, entre otros barrios porteños.
Otro de los trabajos, que también se antepone a la nueva traza de la Illia, son las obras que se están llevando a cabo en los aliviadores del arroyo Vega. “La autopista Illia está actualmente en funcionamiento, por lo que el corrimiento del inicio de las obras de la nueva traza no afecta al tránsito que circula por la actual Illia”, agregó una fuente cercana al gobierno porteño.
Fondos. La construcción de la futura Illia tenía un presupuesto asignado de $ 1.700 millones y se presentó a fines de 2016. Formaba parte del plan de integración de la trama urbana entre las Villas 31 y 31 Bis de Retiro con la Ciudad y la propuesta, además, incluía la construcción de un parque lineal en altura sobre la antigua autopista.
“Solo se está dando prioridad a obras de mayor relevancia y que tendrán un fuerte impacto en el tránsito de la Ciudad. Si bien la obra de la reurbanizacion del Barrio 31 y 31 Bis es un proyecto muy importante, se priorizará ese tipo de obras”, aseguraron fuentes del gobierno porteño.
La Ciudad había acordado un préstamo con la Corporación Andina de Fomento (CAF) para construir la nueva traza y su llegada estaba sujeta a la ejecución del 50% de la obra por parte de la Ciudad. Hasta el momento, solo se realizaron algunos trabajos en la calle Facundo Quiroga, detrás del Centro de Exposiciones y Convenciones de la Ciudad (CEC), que es una de las conexiones de la futura autopista vía rápida.
Más allá de estas razones, también aparecen cuestiones de índole fiscal, como por ejemplo el impacto de la reducción del impuesto a los ingresos brutos y el lanzamiento del plan de lamparitas LED que se gestó a partir del fuerte aumento de las tarifas de luz. Sobre este último punto, se redestinarían a estos efectos unos $ 1.500 millones.
Otro motivo que también se escuchó en los pasillos ministeriales fue la lentitud del avance de obras de los edificios del barrio La Containera, que se están levantando en un sector del Barrio Cristo Obrero destinado a los habitantes de la Villa 31 Bis, que fueron trasladados ya que la traza de la nueva Illia afectaba sus viviendas.
