Según el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, responsabilizó a los clubes de fútbol por el conflicto que se inició el jueves a la noche cuando gente que tenía entradas pretendía entrar a ver el partido de Gimnasia - Boca en La Plata. Para el funcionario hubo una sobreventa de entradas y la policía “actuó de la peor manera” para evitar que entre más gente.
La decisión fue cerrar las puertas del estadio y la gente que ya estaba adentro de la cancha no podía salir. Hubo un muerto. En Indonesia ocurrió algo similar, pero con consecuencias mucho peores. Allí, cuando finalizó el clásico entre Arema FC y Persebaya Surayaba, los hinchas del local ingresaron a la cancha y fueron reprimidos por la Policía. Las puertas del estadio estaban cerradas y el lugar se convirtió en una masacre: fallecieron más de 100 personas.
A fines de septiembre Boca también estuvo envuelto en otro episodio violento, esta vez en Mendoza. Cuando se jugaban 20 minutos del segundo tiempo en el partido que Boca le ganaba por 3-2 a Quilmes por los cuartos de final de la Copa Argentina, el árbitro Ariel Penel se vio obligado a suspender el partido porque desde la tribuna tiraban piedras a la platea donde se encontraban simpatizantes de Boca.
El mes pasado, también hubo otro hecho tenso en el mundo futbolístico cuando Lanús perdió con Barracas. Los hinchas decidieron manifestarse frente al club y pedir que "se vayan todos" y desde la institución decidieron suspender sus actividades.
Otro muerto en La Plata, por un partido entre Lanús y Estudiantes
Fue en 2013 cuando la AFA junto al gobierno de ese entonces resolvieron que no habría más hinchadas visitantes en los partidos luego de que perdiera la vida un hincha en La Plata, en un partido entre Estudiantes y Lanús.
Javier Gerez de 42 años murió a raíz de un escopetazo con postas de goma efectuado a corta distancia, que le produjo la fractura del esternón y el desgarro de la arteria aorta. El cuerpo presentaba en el tórax un orificio de cuatro centímetros de diámetro.
Sin embargo, este jueves a la noche la ausencia de visitantes no garantizó la ausencia de violencia. La violencia de hinchas, la violencia policial. En un país en que le gatillaron la cabeza a una expresidenta por una pasión exacerbada, no es extraño que sigan ocurriendo episodios sangrientos.
RB / MCP