Poco más de un mes después del inicio del aislamiento obligatorio, el presidente Alberto Fernández decidió avanzar hacia un modelo más flexible de cuarentena, con restricciones focalizadas que permitirían el regreso progresivo a las actividades una vez que se supere el pico de contagios por coronavirus, esperado para junio. Sin embargo, el Gobierno mantiene la preocupación por distintas áreas que siguen representando un riesgo para el futuro éxito global del plan.
Cárceles. El motín que se desató el jueves en la cárcel de Devoto terminó de encender las alertas sobre la población carcelaria en riesgo que ya venía haciendo reclamos sobre los peligros del coronavirus en situación de encierro. La Unidad N° 42 de Florencio Varela fue la primera en registrar un caso positivo de Covid-19, pero ya se habían registrado protestas en el penal de Corrientes, en Melchor Romero y en Olmos, la cárcel más poblada del país, donde aseguran que fueron aislados 16 internos por sospecha de coronavirus. En lo inmediato, se revisará la situación de aquellos detenidos que se encuentren en grupos de riesgo y se evaluará los casos de aquellos que están con prisión preventiva hace más de dos años, los que tenían en marcha las salidas transitorias y quienes tienen condenas no mayores a tres años, entre otros.
Barrios vulnerables. Otro de los factores de riesgo en el contexto de la pandemia son las villas, que no solo tienen los peligros del contagio del coronavirus por la falta de condiciones básicas de higiene y hacinamiento sino también por las complicaciones económicas para buena parte de sus habitantes que forman parte del mercado informal de trabajo.
Margarita Barrientos, fundadora del comedor Los Piletones de Villa Soldati, graficó que “acá la gente no compra alcohol en gel o barbijo, prioriza comprar el pan”. De acuerdo a su experiencia, señaló que la demanda de alimentos creció fuertemente en las últimas semanas y precisó que antes daban de comer a “1.700 personas y ahora ya llegamos a 2.500”. Las autoridades porteñas admiten que la demanda de alimentos llegó a duplicarse en algunos barrios populares del distrito, mientras que se triplicó en algunas villas de la provincia de Buenos Aires.
Pero la amenaza del coronavirus está latente: el martes se conoció el primer caso en la Villa 31, que luego registró un segundo contagio por contacto estrecho y ayer se confirmó el test positivo a un bebe de 6 meses de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores.
Geriátricos. Pero el ámbito de los geriátricos es uno de los que más preocupación genera, ya que la Organización Mundial de la Salud reveló que más de la mitad de los casos en Europa se registró en instituciones que cuidan a adultos mayores. Al menos cinco geriátricos de la Ciudad de Buenos Aires registraron casos positivos, uno de ellos el del barrio de Belgrano en el que contabilizaron 19 contagiados, además de otros ejemplos en Córdoba y Rosario que también debieron ser evacuados.
Personal de salud. Pero la preocupación por la vulnerabilidad de las residencias de mayores tiene que ver además con el riesgo para el personal de salud. Con más de 1.000 casos confirmados en total, la provincia de Buenos Aires tiene un 20% de contagiados del ámbito de la salud. Más allá del riesgo del contagio por parte de los pacientes, el desafío es frenar la transmisión entre colegas, que abarca más del 60% de los casos en esa área.
Médicos, enfermeros y demás trabajadores del sistema sanitario vienen reclamando por la falta de equipamiento y de insumos para un control adecuado.