Lydia es un personaje clave en Breaking Bad, la exitosa serie estadounidense que cuenta la historia de un profesor de Química enfermo de cáncer que comienza a cocinar metanfetamina para pagar sus deudas y asegurar el futuro económico de su familia. La misteriosa mujer del té con stevia es la encargada de desviar los precursores químicos necesarios para la elaboración de la droga. Algo parecido, se sospecha, realizaba una de las encargadas de una droguería industrial del partido bonaerense de San Martín, que esta semana fue condenada a cinco años de prisión en un fallo dictado por la Cámara Federal de Casación Penal. Cualquier parecido con la ficción es pura coincidencia.
La causa se inició el 26 de diciembre de 2010 cuando una comitiva policial acudió a una casa quinta del partido bonaerense de Escobar, a partir de una denuncia por un supuesto robo. No había ladrones. Pero sí una cocina de drogas. Según el parte policial, secuestraron cerca de 9 kilos de cocaína y más de 60 litros de precursores químicos, entre otras cosas.
La casa había sido alquilada por William Montaño, un supuesto empresario gastronómico, que fue condenado en primera instancia a cinco años de prisión y actualmente se encuentra en libertad condicional.
Claudia V. era una de las encargadas de Química del Este, la droguería que –según el fallo de los jueces de la Sala IV de Casación– desvió los precursores químicos que fueron secuestrados en la casa quinta.
“La imputada sabía sobre su proceder ilícito y el potencial pernicioso de las sustancias, y efectivamente quiso comercializar ilícitamente con aquellas”, entendió, en su voto, el juez Mariano Borinsky.
Claudia V. había sido absuelta en el juicio que estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 3 de San Martín. Sin embargo, el fallo fue apelado por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), y esta semana los camaristas revocaron la sentencia y resolvieron condenarla –en fallo unánime– a cinco años de prisión por “haber desviado 32 litros de éter etílico y 20 de ácido clorhídrico de su circuito legal para abastecer a una cocina de cocaína”. Como la sentencia no está firme permanece en libertad.
Entre las pruebas recolectadas destacaron que Claudia V. tenía pleno conocimiento de la operatoria. “Ha quedado demostrado que la nombrada tenía oficio en el rubro específico –entendió Borinsky–. Esto es así porque se encontró al frente de Química V. hasta que ingresó a trabajar en Química del Este. Y porque luego, allí, era quien personalmente se relacionaba con proveedores, sean compradores o vendedores”. PERFIL contactó a Claudia V. pero ella se negó a hablar de la acusación: “No entiendo de que caso están hablando”, respondió.