Las cinco docentes acusadas de maltratar a nenes de entre 3 y 5 años en el Jardín Tribilín de San Isidro fueron declaradas culpables por abandono de persona agravado y amenazas. Asimismo, fueron inhabilitadas para ejercer cargos en actividades ligadas a niños.
Las penas. La fiscalía solicitó la pena de 10 años de prisión por el delito de abandono de persona agravado, mientras que la querella pidió 12, ya que agregó dos años por el delito de amenazas. En tanto, en la sentencia, las cinco docentes fueron condenadas e inhabilitadas por 10 años para ejercer cargos relacionados con los niños.
La directora del establecimiento, Noemí Nuñez, fue condenada a siete años y seis meses de prisión. Por su parte las cuatro maestras tuvieron penas de entre siete y cuatro años. Yanina Gonzoga fue condenada a siete años de prisión, Noelía Gallardo, a seis años y tres meses, Mariana Buchniv a cinco años y medio, y Gisela Diap, a cuatro años y medio.
"Ponete a guardar enfermo mental", gritaban las maestras.
Maltratos. Algunas de las frases de las docentes que se pudieron escuchar durante las audiencias del juicio oral en su contra dan cuenta de los malos tratos que recibieron los niños. “¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear?, Dejá de gritar, callate, ¿Querés ir a la pileta?, Ponete a guardar enfermo mental", gritaban las maestras.
Valeria García es la mamá de Facundo, uno de los nenes que asistían a sala de dos en 2013 y que hoy ya tiene siete años. García y su esposo son parte de las diez familias querellantes que nunca bajaron los brazos pese a las idas y vueltas que tuvo la causa desde la denuncia.
“En enero, cuando la causa cumplió cinco años, y en diciembre había prescripto el delito de lesiones leves, nos desesperanzamos un poco. Pero como el delito que tiene mayor cantidad de años de pena es el de abandono de persona agravado, y ese no prescribe, seguimos adelante”, relató su mamá.
Jardín Tribilín: condenaron a las maestras y quedaron detenidas
La pesadilla de los padres empezó cuando una de las familias veía “poco estimulada” a su hija, y quería cambiarla a otro maternal. En la nueva escuela, la maestra preguntó de qué jardín venían, y al escuchar el nombre de ese jardín la docente denunció que ella había trabajado allí y que en ese lugar se maltrataba a los chicos.
Entonces, decidió enviar a su hija con un iPod en la mochila. El resultado fueron cuatro horas y media de grabación en las que se oyen gritos de una de las maestras, llantos de los niños y hasta golpes. “Callate Catalina, callate, guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa” y “¡No me hagas enojar porque vas a terminar mal, abrí la boca!”, se escuchaba.
A.G./ C.P.