SOCIEDAD
Violencia institucional

Villa 21-24: denuncian torturas de Prefectura

Dos jóvenes fueron agredidos por agentes de esa fuerza en el asentamiento del sur porteño. Recibieron amenazas por contar lo ocurrido a los medios.

La garganta poderosa denunció torturas
La garganta poderosa denunció torturas | Cedoc
La Garganta Poderosa denunció que dos jóvenes de 15 y 18 años fueron secuestrados, golpeados y amenazados por agentes de Prefectura Naval Argentina, en la Villa 21-24, ubicada entre los barrios de Nueva Pompeya y Barracas de la Ciudad de Buenos Aires. Tras contar lo ocurrido ante los medios, los chicos volvieron a ser amenazados por la fuerza de seguridad.

Todo comenzó el sábado 24 de septiembre pasado, cuando uno de los jóvenes volvía a su casa en el asentamiento y se encontró con su amigo. "Yo me acerqué para darle un abrazo a y un oficial, así, de la nada, directamente vino y me pegó una trompada", narró el joven a la revista argentina de cultura villera. Ambos fueron requisados y luego liberados. Momentos después, cuatro prefectos a bordo de tres móviles volvieron a interceptarlos y, en esta ocasión, los detuvieron.

"Nos tiraron adentro de un coche y nos llevaron hasta la garita de Osvaldo Cruz e Iguazú, para cagarnos a palos", denunció uno de los chicos en la página de Facebook de La Garganta. "Nos subieron a otro auto, pero primero nos taparon la cabeza y nos obligaron a sentarnos uno encima del otro", agregó. Siempre según su relato, los llevaron hasta un descampado lindero al Riachuelo, detrás de una fábrica, sobre el Camino de Sirga. "Cuando ya había unos 10 prefectos, uno dijo que nos iban a matar, porque total nadie nos iba a reclamar", contó.

Los jóvenes explicaron que recibieron trompadas en la cara y palazos en las piernas. "Nos obligaron a tirarnos al piso y hacer flexiones de brazos, hasta que uno le saltó sobre la espalda" a uno de ellos "y otro me preguntó a mí dónde quería el tiro". Los agentes, según denunció, "alterados, como sacados", los "esposaron a un caño y dispararon varios tiros al aire", mientras les quitaban las camperas "que supuestamente habíamos robado". "Se reían cuando nos ponían un cuchillo en el cuello y nos decían que también les parecían lindas nuestras zapatillas, nuestras cadenitas, nos sacaron todo". Uno de los prefectos, contaron, puso su arma en la nuca del menor, para obligarlo a rezar: “Dale, un Padre Nuestro para que no te mate, dale", decían. Al final, los soltaron, los encañonaron por la espalda, con una escopeta, y los amenazaron: "Corran bien rápido, o van a ser boleta".

La Garganta denunció en los últimos días la falta de respuestas de las autoridades. PERFIL se comunicó con el Ministerio de Seguridad para consultar sobre lo ocurrido, sin obtener respuesta hasta el momento. Uno de los jóvenes logró relatar las agresiones esta semana en un canal de televisión. Lejos de mejorar su situación, la denuncia la agravó: volvió a ser amenazado por contar lo sucedido. Ayer, cuando volvía a su casa, Iván Navarro encontró a otro prefecto golpeando a un joven. "Ahora van a cobrar todos, por habernos escrachado en los medios", decían, según contó a la revista. Cuando Navarro explicó que él fue el responsable de la denuncia, tuvo que correr para escapar.

El Centro de Estudios Legales y Sociales cuestionó al Ministerio de Seguridad, conducido por Patricia Bullrich, por la falta de respuestas ante los ataques. "A 10 días de las torturas que sufrieron los chicos de La Garganta Poderosa, el silencio del ministerio de Seguridad es inexplicable", sostuvo el organismo en su cuenta de Twitter. Y reclamó "retirar a la Prefectura del lugar, iniciar las investigaciones internas y garantizar la seguridad de Iván y Ezequiel".