En octubre de 2006 se sancionó la ley 26.150 que determinó que todos los estudiantes desde los cuatro años hasta fin del secundario tienen derecho a recibir educación sexual integral en todos los establecimientos educativos del país. A su vez, la ley creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) que incorpora la temática a las propuestas educativas en relación con el cuidado del propio cuerpo, de las relaciones con otros y el ejercicio de la sexualidad y de los derechos de los chicos.
En su artículo décimo, se estableció un plazo máximo de cuatro años para su cumplimiento. Si bien se está avanzando en la materia, aún queda mucho por hacer. Cómo se está implementando la ley Mirta Marina, coordinadora del ESI, aclara que la ley se está cumpliendo si bien la cobertura aún no es total y hace hincapié en el trabajo que está realizando el Ministerio de Educación de la Nación. “Era imposible pensar en un plazo de cuatro años para llevar a cabo esta profunda reforma”, explica.
El ESI fue aprobado por el Consejo Federal de Educación en 2008 y a partir de entonces cada provincia debió comenzar a adaptarlo y aplicarlo. Algunas lo hicieron en adhesión al proyecto nacional y otras con lineamientos propios pero hay regiones en las que el proceso está siendo muy lento.
“La ley, la capacitación y el material distribuido por el Ministerio de Educación son muy buenos”, señala Silvia Darrichon, sexóloga educativa, miembro de diversos organismos vinculados a la sexualidad y capacitadora en la temática en Entre Ríos y Santa Fe. “Pero en algunas provincias no hay decisión política de implementar la ley”, agrega.
Los controles de aplicación
La autoridad de aplicación de la ley consta de tres instancias: El Ministerio de Educación de la Nación, los ministerios provinciales y por último las escuelas. “Nuestro sistema no prevé controles de inspectores sino que hay formas indirectas como capacitaciones, eventos, exigibilidad de los docentes, familias, alumnos”, aclara Marina.
De cualquier manera, anunció que para 2012 se tendrán datos concretos de qué escuelas están efectivamente trabajando en el proyecto.
Herramientas y contenidos
El proyecto propone articular los distintos aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos desde todas las materias. Es decir, la idea no es organizar talleres especiales como lo están haciendo varias escuelas sino que sea parte de la cotidianeidad. El Ministerio de Educación de la Nación ha distribuido publicaciones con lineamientos y propuestas para docentes y una revista dirigida a las familias. Sin embargo, varios profesores consultados de la Ciudad de Buenos Aires aseguran no haber recibido el material.
Por otra parte, la simple lectura del material no es suficiente para que un docente pueda abordar la clase. Es fundamental una capacitación por parte de expertos y que los directivos avancen en la creación de áreas de debate constante a fin de mantener una concordancia en la forma de abordar el tema. Se deben generar además espacios de difusión a fin de mantener informadas a las familias.
El problema es que sin respaldo estatal, tratar el tema en clase puede traer conflictos a los docentes con los padres e incluso con los mismos directivos. La única forma de avanzar en la aplicación de la ley es con una fuerte presencia estatal que al momento no se ha generalizado a nivel nacional.
Capacitaciones a docentes
La sexóloga Darrichon, explica que se debe trabajar desde la sexología como disciplina científica y no desde la sexosofía, que es la filosofía sobre el sexo que cada uno tiene, producto de la información, pero con la carga de mitos y temores acarreados. Aclara que no basta la buena voluntad sino que se requiere de conocimiento científico actualizado, metodología y una revisión de la propia sexualidad a fin de no transmitir
los prejuicios individuales.
Las capacitaciones son iguales para todos los profesores de todas las escuelas y cada comunidad educativa podrá adaptar las propuestas a su realidad sociocultural. La mayor resistencia al proyecto proviene de la Iglesia Católica que si bien admite la necesidad de implementar la educación sexual, se opone a la propuesta nacional. Darrichon considera que el problema se presenta cuando el dogma se posiciona por sobre la ciencia.
La oposición de la Iglesia
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Episcopal de Educación Inés Franck, considera que la educación sexual se ha vuelto un tema obligado en la sociedad pero que son los padres y no el Estado los responsables de brindar educación sexual a sus hijos. Agrega que se debe superar la visión reduccionista que limita la sexualidad a la genitalidad, a la búsqueda desenfrenada de placer y que entiende por responsabilidad meramente al hecho de reducir al mínimo el riesgo de contraer enfermedades o de los embarazos precoces. "Nuestra propuesta se basa en el reconocimiento de la sexualidad biológica femenina y masculina, en la apertura a la vida y el rechazo del aborto, en el cultivo de las virtudes del pudor, la castidad y la fidelidad como valores importantes incluso para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos precoces”, señala.
Por otro lado, Franck cuestiona el material elaborado por el Ministerio de Educación: “responde claramente a una ideología que considera que la conducta sexual puede estar desvinculada del sexo biológico sin que ello tenga consecuencias en la persona o en la sociedad”.
La importancia de la educación sexual
Irene Ávila, Presidenta del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires (CENBA) señala que la aplicación efectiva de la ley entrega armas para defender los derechos humanos de los chicos. “Es el primer paso para evitar los abortos y enfermedades como la sífilis o el herpes comunes entre los adolescentes. Además aportaría al conocimiento de nuestro cuerpo humano y a la aceptación de nuestras imágenes corporales”, sostiene.
Los problemas de la falta de educación sexual se manifiestan principalmente a través de embarazos adolescentes, abortos, enfermedades de transmisión sexual y del abuso sexual. En nuestro país el 16% de los nacimientos son de madres adolescentes y cada año se registran unas 1400 muertes de pacientes que viven con el VIH. Las relaciones sexuales desprotegidas son la principal vía de transmisión del virus: en el período 2007-2009 el 88% de los varones y el 84% de las mujeres se habían infectado de ese modo.
Es fundamental desmitificar la sexualidad para ubicarla en el lugar que corresponde. La educación es una herramienta fundamental para revertir esta situación y como derecho universal de todos los chicos es responsabilidad del Estado y de la sociedad el hacerlo cumplir.
(*) especial para Perfil.com