A cuatro días de la inauguración de las obras que remodelaron la Plaza de Mayo, la Marcha Federal de ayer fue el primer ‘examen’ que debió atravesar. Después de que se retiraron los manifestantes, la zona cercana al escenario quedó tapada de basura y sin el césped y las plantas que se habían colocado antes de su reapertura.
Por la instalación de las rejas, el escenario donde hablaron los oradores de la marcha se ubicó en la mitad de la plaza, en la zona anterior a la Pirámide de Mayo, a la que se le colocó una reja que cierra el perímetro de punta a punta, aislando a la Casa Rosada. Así, buscaron evitar destrozos y vandalismos como los sucedidos en la zona del Congreso Nacional en diciembre pasado.
Así todo, por la masividad de la convocatoria contra las medidas económicas y políticas del gobierno, no se logró evitar que la plaza termine hecha un basural, con bolsas de comida, botellas, cajas de cartón y todo tipo de residuos tirados en el lugar, además de un barrial en el césped.
Las obras. Las rejas reemplazaron las vallas de contención que había antes frente a la Casa de Gobierno, y, según dijeron desde el Ministerio de Espacio Público, cuentan con un sistema de plegado para facilitar el flujo de tránsito. El resto de los espacios permanecen abiertos. Desde el Observatorio del Derecho a la Ciudad y el de Patrimonio y Políticas Urbanas; presentaron un amparo contra su instalación, por considerar que no forman parte del diseño histórico de la Plaza de Mayo, y argumentando que no fue aprobada por ley.
También se sumaron metros de espacio verde, y superficie peatonal, que suman unos 5.000 m2 en total, gracias al espacio que se ganó sacando dos carriles. El costo total fue de $ 43.792.575; de fondos del Gobierno porteño.