“Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese no sé qué”, reza el tango. Y quizá las galerías porteñas también tengan algo de esa oculta seducción que las erigió en íconos urbanos.
Según la Agencia Gubernamental de Control, que depende del Gobierno porteño, hoy funcionan unas 125 galerías que se mantienen firmes y resisten al desarrollo de grandes shoppings así como al crecimiento de la venta callejera.
Verdaderos paseos de compras, vivieron su época de esplendor durante las décadas del 60, 70 y buena parte de los 80. Durante esos años, quienes querían estar a la moda debían recorrer casi por obligación sus pasillos.
Pero con el avance de los centros comerciales, tuvieron que aggiornarse y buscar nuevas formas y estrategias para seducir a los consumidores y mantenerse con vida.
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