Mientras los rescatistas continúan removiendo los escombros con la esperanza de encontrar algún otro sobreviviente de la tragedia que devastó a la ciudad de Rosario, esta mañana el gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti, dio a conocer otra triste noticia: ya son 14 los muertos tras la explosión del edificio ubicado en la calle Salta 2141, aunque se sospecha que en realidad el número asciende a 15. Resta encontrar todavía a 7 desaparecidos.
En uno de los momentos más difíciles para una ciudad que sigue de luto, PERFIL recontruyó las historias de vida detrás de los fallecidos que figuran en la lista oficial de las víctimas de la tragedia.
HUGO MONTEFUSCO (56)
Papá orgulloso
En la foto se lo ve feliz, orgulloso, de traje y corbata bailando el bals con su hija Agostina, que ahora tiene 21 años.
Hugo Montefusco tenía 56 años, estaba casado con Marcela, y era paramédico. Trabajaba en el área de Terapia Conoraria en el Sanatorio de la Mujer de Rosario.
Era hijo único, y tenía una excelente relación con su mamá Antonia, de 83 años. “Tenía una gran relación con su madre, la llamaba todos los días. Era un hombre divino, buen padre, buen esposo y antes que nada una excelente persona” comentó a PERFIL su tía Ana, emocionada.
Hugo no vivía en el edificio de la calle Salta 2141, allí tenía un departamento que usaba como oficina.
El día de la explosión salió de su casa para ir a visitar a su mamá, pero antes decidió pasar por allí. Esa decisión cambió su vida. Su cuerpo apareció entre los escombros el mismo martes.
ESTEFANIA MAGAZ (21)
Quería ser abogada
Estefanía cursaba cuarto año de la carrera de abogacía en el Centro Educativo Latinoamericano (UCEL). Cada mañana se levantaba temprano para asistir a clase, “era muy dedicada y no se presentaba a un examen sin estudiar lo suficiente” la recuerda a PERFIL Jorge, su papá. Había trabajado como modelo, pero en el último tiempo se había dedicado a full a su carrera.
Cada viernes, su papá la iba a buscar al departamento de calle Salta, en Rosario y la llevaba a la localidad de Las Rosas, para pasar el fin de semana con su familia. Era la más chica de tres hermanos y la única mujer. “Pensar que el lunes la dejé en la facultad como todas las semanas y el martes pasó lo de la explosión, todavía no lo podemos creer”, dice conmovido Jorge, su papá.
CARLOS LOPEZ (40)
Fanático de Piluso
Carlos López se encontraba durmiendo en su departamento de la calle Salta 2141 en el momento de la explosión. Fue encontrado sin vida el martes.
Tenía 40 años y era dueño de “Piluso”, un bar emblemático del barrio de Pichincha, que había abierto hace más de una década sobre la calle Alvear al 200, en Rosario.
Él mismo se encargó de ponerle el nombre, en honor al “Negro” Olmedo, una de las personas que más admiraba. Sus conocidos lo definen como una persona muy trabajadora, a la que no le gustaba faltar ni un solo día.
“Era alguien muy solidario, un tipo que siempre estaba para darte una mano, no le decía que no a nadie, por eso lo querían tanto acá”; lo recuerda emocionado Omar, su cuñado. Como buen fanático del fútbol, le gustaba ir a la cancha a ver a su equipo favorito Rosario Central. Pero su pasatiempo preferido era estar con su hija de doce años.
ADRIANA MATALONI (57)
Una viajera incansable
Adriana tenía 57 años y había conocido a su marido, Aldo Guidotti a los trece. El vínculo que surgió de adolescente le duró toda la vida. Se había recibido de licenciada en estadística, pero trabajaba junto a su marido en Jea, una casa de cuadros. No tenían hijos, pero sí varios sobrinos a los que les dedicaba gran parte de su tiempo libre .“Era la tía por excelencia. Siempre estaba presente y vivía pendiente de todos” . Así la recuerda para PERFIL Andrea, una de sus sobrinas. Adriana era la hermana más chica de dos varones. Tenía locura por el mate, el pucho, las matemáticas y los viajes. Ese era uno de los pasatiempos favoritos que compartía con Aldo. Visitaron Estados Unidos, Colombia, Perú y México, entre otros destinos. En el momento de la explosión estaba trabajando. Apareció muerta el miércoles
DOMINGO OLIVA (76)
El abuelo que hacía pan
Domingo Oliva era jubilado, padre de cuatro hijos y abuelo de siete nietos. Toda su vida se había dedicado al comercio, pero ahora que tenía más tiempo libre le encantaba cocinar para su familia y amasar pan.
Tenía planeado un viaje a España con Zulma, su mujer, para festejar sus 50 años de casados. Minutos antes de la explosión acompañó a su mujer a la parada de colectivos. Zulma había planeado ir a la casa de uno de sus hijos, a pasar un rato con sus nietos, gracias a eso se salvó.
El volvió al departamento, vivía en el 4 D del edificio de la calle Salta 2141. Al día siguiente de la explosión su cuerpo fue encontrado tirado entre los escombros.
Una de sus hijas, Andrea, vívía con su marido Néstor y su hijo Enzo, de cuatro años, en el mismo piso del edificio. Los tres estaban en su casa en el momento de la explosión. Con heridas leves, fueron rescatados por los bomberos. Andrea sigue internada, con rotura de tímpano.
DEBORA GIANAGELO (20)
Alumna ejemplar
Su familia la buscó desesperadamente. Su hermano, Adrián se acercó a Cristina Kirchner para pedirle por ella, cuando la presidenta recorrió la zona del desastre, este miércoles.
“No esten acá, busquen a mi hermana Presidenta, por favor les pido, en vez de estar acá vamos todos a buscar a mi hermana, dale, vamos”, fueron las palabras desesperadas del joven. Lamentablemente la búsqueda terminó de la peor manera. Su cuerpo fue recuperado ayer, entre los escombros.
Débora estudiaba Derecho en la Universidad Nacional de Rosario. Sus conocidos la describen como una alumna dedicada y una excelente compañera. La facultad decidió permanecer cerrada como muestra de respeto y afecto hacia la familia. En estos días las redes sociales se plagaron de mensajes de condolencias por su pérdida: “Dios dale consuelo a la familia Gianangelo y a todas las amistades de Débora, es muy triste lo que están pasando”, escribió Graciela Fernandez.
SOLEDAD ULIAN MEDINA (31)
Estaba por recibirse de arquitecta
Soledad Medina tenía 31 años y estaba casada con Federico Balseiro, la víctima número catorce que fue encontrada ayer por la noche en los escombros del edificio de la calle Salta 2141.
El matrimonio vivía en el sexto piso de la torre del edificio que se derrumbó.
Soledad era oriunda de Victoria, provincia de Entre Ríos, pero vivía en la ciudad de Rosario desde hace varios años. Estaba a punto de cerrar un ciclo y recibirse de arquitecta en la Universidad Nacional de Rosario. Quién brindó esta información, fue su primo Cristian Ulián, que vive Entre Ríos, pero mantenía una estrecha relación con Soledad, y en los últimos días se dedicó a difundir su imagen a través de las redes sociales.
Para los familiares de Soledad en Entre Ríos, la situación fue muy dificil, ya que siguieron los detalles de la búsqueda a través de los medios de comunicación y de las redes sociales.
Su cuerpo fue encontrado en la tarde del jueves en la parte delantera del edificio.
MARIA EMILIA ELIAS (28)
Murió abrazada a su perra labradora
María Emilia tenía sindrome de down. Pero eso no fue un impedimento para hacer lo que más le gustaba, bailar. Practicó danza árabe por varios años. Todas las semanas iba a clases de baile. Llegó a dar presentaciones en varios teatros, junto al resto de sus compañeras, e incluso pudo conocer personalmente a uno de sus ídolos, Hernán Piquín, durante un concurso.
En el momento de la explosión Emilía se encontraba en su cuarto. Sus hermanas Romina y María Fernanda habían salido rumbo al trabajo minutos antes del desastre.
Al llegar a la esquina escucharon un ruido muy fuerte que las dejó shockeadas. Volvieron corriendo y cuando llegaron a la entrada del edificio, solo había escombros. Esteban Impala, su tío, había intentado ingresar al edificio a sacarla pero ya era demasiado tarde. Cuando subió al primer piso, encontró el cuerpo sin vida de su sobrina abrazada a su perra labradora.
JUAN NATALIO PENNICE (73)
Amante de las plantas y de la tecnología
Juan Pennice estudió en el colegio Nuestra señora del Luján. Trabajó como gerente en La Caja de Ahorro Seguros, donde un tiempo después pasó a ser encargado regional. Le encantaba su trabajo. Estaba jubilado y vivía en el edificio de calle Salta y Balcarce junto a su esposa Ana Rizzo de 65 años, quién hasta el cierre de esta edición se encuentra desaparecida.
Padre de tres hijos, Sandra, Daniel y Leonardo, y abuelo de siete nietos. Sus conocidos lo definen como un amante de las plantas, disfrubaba cuidándolas junto a su mujer. También era “loco por tecnología”. No podía vivir sin su celular, con el que llamaba a sus hijos a cualquier hora del día. Era un gran usuario de las redes sociales, tenía cuenta de Twitter y de Facebook, donde disfrutaba compartiendo fotos, historias, chistes y anécdotas.
“Le encantaba la computación, se metía, investigaba” relató a PERFIL su hija Sandra quien después afirmó: “Era el padre más maravilloso, cumplió todos sus sueños. Me enseñó lo mejor de la vida”.
El cuerpo de Juan apareció sin vida el jueves entre escombros del edificio derrumbado.
FLORENCIA CATERINA (27)
Planeaba volar a Londres con su novio
Florencia era licenciada en Bellas Artes por la Universidad Nacional de Rosario, donde además daba clases. Dictaba dos talleres para chicos y además solía participar en eventos con fines solidarios. Fundadora del grupo de arte “La hermana favorita”, se destacaba como curadora, tanto en su ciudad como en otras provincias. En 2011 participó del Barrio Joven Arte BA, con su proyecto “La orilla que abisma”.
Amante del aire libre, practicaba yoga y ciclismo. Sus familiares la recuerdan como una persona “muy correcta, familiera y divertida”. Tenía pensado viajar a Londres el 10 de septiembre, junto a su novio con quien compartía la pasión por el arte.
“Era un fosforito, muy inquieta, todo el tiempo quería hacer cosas nuevas”, dijo su hermana Constanza.
TERESITA BABINI (67) Y DANIEL PERICCHI (68)
Una vida compartida
Teresita estaba casada con Daniel Roberto Perucchi, con quien tenía dos hijas, Gisele Y Silvia. Además era abuela. “Amaba la vida y sobre todas las cosas estaba loca por su cuatro nietos”, comentó su hermana Martha. En septiembre tenía previsto un viaje a Neuquen, para visitar a una hija.
En el momento de la explosión se encontraban junto a su esposo en el departamento de Salta 2100. Ella había estudiado bioquímica, pero estaba jubilada. “Mi papá la queria mucho. Ellos se llevaban muy bien”, dijo Andrea, hija de la primera mujer de Daniel.
Le gustaba caminar y hacer yoga. “Era una madre para todas nosotras . Tenía una calidez. Estaba pendiente de todo”, recuerda Martha.
Sus familiares los buscaron con desesperación. El martes, Cristian, otro de sus hijos, dejó decenas de mensajes por Facebook, con fotos y números de contacto. “Busco a mi padre y a su mujer. Por favor avisen si alguien sabe algo”. Pero más tarde, ese mismo día se dio a conocer la lista de los primeros fallecidos confirmados, el nombre de ambos figuraba entre las víctimas.
FEDERICO BALSEIRO (30)
Profesor muy querido
Federico Balseiro era licenciado en Administración de empresas. Le gustaba mucho la política, los temas de actualidad y el cuidado del medio ambiente.
Estaba casado con Soledad Medina y vivían en el sexto piso del edifició que se derrumbó.
Además era docente de nivel superior y asesoraba pymes en Rosario. Sus alumnos los recordaron a través de las redes sociales durante todos estos días. “Era muy buena persona, llena de proyectos. Mis condolencias a su familia y amigos, hasta siempre profe”, escribió un estudiante.
Su cuerpo apareció ayer a las 19:00 hs. Le realizaron la autopsia en el Instituto Médico Legal y fue reconocido por sus familiares.