Las imágenes ganadoras del concurso anual de fotoperiodismo reflejan desde guerras, desastres de la naturaleza y la violencia de la vida cotidiana, hasta imágenes deportivas, historias personales o expresiones artísticas de gran impacto humano.
Sobre 83.000 fotografías presentadas de casi 4500 fotorreporteros de todo el mundo, la muestra reúne los trabajos premiados en diez categorías junto a otras imágenes destacadas que recorrerán 90 países durante un año y serán exhibidas en Buenos Aires hasta el 3 de diciembre.
El recorrido comienza con una foto inquietante: la cara de una joven madre en una clínica de emergencia para afectados por la hambruna al noroeste de Nigeria, durante la terrible sequía que hubo el año pasado en esa región africana, en la cual la mano de su bebé de apenas un año le cubre la boca. Esa fue la foto del año, y su autor, el canadiense Finbarr O’Reilly, de Reuters.
"Esta es una muestra para celebrar el trabajo del fotoperiodista, ya que muchas veces se admira una escena retratada pero no se piensa en que hubo una persona allí, en ese preciso momento y en ese preciso lugar que muchas veces arriesga su vida para inmortalizar una escena”, expresó a perfil.com la holandesa Elsbeth Schouten, curadora de la exposición.
"Yo elegí montar la exposición de una manera temática, así es como agrupé las relacionadas al terremoto de Cachemira o el Huracán Catrina y el Tsunami, que son de diferentes fotógrafos. Pero es importante registrar una historia desde diversos ángulos y estilos", resaltó Scouten.
Y agregó que se trata de una muestra que "intenta informar al público de lo que pasa en el mundo, y de homenajear las 75 muertes por año de fotoperiodistas que pierden la vida por arriesgarse a hacer un click que cuente una historia muchas veces increíble”.
"En el 2005 los temas que atravesaron las noticias tuvieron que ver con la naturaleza, pero también figura en primer lugar la situación en Irak, los coche bombas suicidas en Londres o el conflicto palestino-israelí”, destacó la curadora de la muestra.
El desastre que dejó el huracán Katrina, el terrible terremoto en Cachemira, el mortal tsunami en Indonesia, la explotación infantil en Bangladesh, una increíble estampida de murciélagos en Zambia, las peripecias que deben llevar a cabo las bailarinas en la escuela de ballet de Moldova, los túneles secretos en Israel para proveer armamento a los palestinos; la identificación de cuerpos, diez años después, en Sbrenica; el arribo de marinos norteamericanos en ataúdes a los Estados Unidos y la odisea para que los inmigrantes africanos puedan pisar tierra firme en las islas Canarias, entre otros dramas conocidos, se mezclan con escenas divertidas de apostadores ganando un premio en el hipódromo o un exquisito clavado en un torneo de natación en Santa Clara.
De América Latina, la curadora mencionó una historia de Guatemala, una serie que obtuvo el tercer premio en la categoría reportaje del fotógrafo argentino Rodrigo Abd: “Él siguió el itinerario violento de 'las maras', esas bandas surgidas en Guatemala que estuvieron integradas en sus orígenes por los hijos de agricultores indígenas desplazados de sus lugares de origen por la guerra civil y que, en los años 80, se establecieron en las afueras de la ciudad”.
Las imágenes -colgadas en las paredes de la sala-, despliegan un sortilegio al que es difícil substraerse y arman un rompecabezas de temas muy disímiles pero en el que uno puede encontrar los signos de estos tiempos.
Un niño de Bangladesh, detrás de una máquina de coser, alza su mano en el instante en que un capataz del taller donde trabaja lo amenaza con un palo por no cumplir con la cantidad de prendas estipuladas. Y en Sudáfrica, en Johanesburgo, aparece una niña en una clase de ballet -un pasaporte para su futuro- con su agujereada zapatilla de baile en primer plano.
Una joven nadadora norteamericana es captada al golpearse con el trampolín en un salto acrobático, toreros alardean en una corrida de toros en Medellín; y unos niños de la calle en el Congo se duchan y ríen en un refugio donde reciben alimento y un lugar para dormir: fueron arrojados a la calle por sus propios padres, acusados de brujerías, de traer problemas económicos o de la muerte de algún familiar.
La exposición podrá visitarse en el Centro Cultural Borges, Viamonte y San Martín, de lunes a viernes de 10:00 a 21:00. Y los domingos y feriados de 12:00 a 21:00.