SOCIEDAD
PAGAN 5.000 PESOS POR CADA JOVENCITA

Las redes de tráfico de mujeres se expanden en la Argentina

Así lo adelantó un funcionario de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que denunció que hay numerosos casos donde se constata que la esclavitud sexual cuenta con llamativas complicidades.

default
default | Cedoc
Un informe que la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está preparando, indica que el tráfico de mujeres está en auge en la Argentina que se convirtió en un país de tránsito hacia Europa, donde los proxenetas multiplican sus ganancias.

Para el organismo, que trabaja en conjunto con las Naciones Unidas, los proxenetas pueden vender a una jovencita en 5.000 pesos, aunque a veces el precio baja a 150 a 200. Inclusive, hay casos en donde se llegó a pagar 500 pesos y un automóvil usado.

Si bien aún no se conoce el volumen exacto de la trata de blanca, en la denuncia que prepara la OIM se brindan los datos de 39 causas judiciales. “Es un problema serio”, advirtió Eugenio Ambrosi, un italiano a cargo de la oficina del OIM en Argentina.

Ambrosi explicó al diario Clarín que en nuestro país las redes que secuestran mujeres y las fuerzan a ejercer la prostitución cuentan con “complicidades llamativas”, aunque destacó la “ voluntad política de las autoridades” para solucionar el tema.

Estos datos son parte de un informe sobre el tráfico de mujeres en el Cono Sur que prepara el organismo para diciembre. En el mundo, se calcula que un millón de niños y mujeres son explotadas por las redes de prostitución y tráfico de personas.

El mecanismo de esclavización comienza en la mayoría de los casos cuando las mujeres son niñas o adolescentes, informó Ambrosi.

Los proxenetas las engañan con promesas de trabajos en otras provincias o en otros países y luego las venden a los prostíbulos. Quienes las reclutan pueden ser los mismos dueños de estos negocios. En el más extremo de los casos, las mujeres son secuestradas.

Por año, el “cafishio” se hace con la suma de 15.000 dólares por cada mujer, calculó Ambrosi.

Las esclavas sexuales se ven en la peor de las situaciones: están atrapadas y le hacen pagar el pasaje, la ropa y la comida. Las que logran escapar, lo hacen porque algún cliente se compadece y les presta un celular para llamar a sus familias o directamente aprovechan un descuido de sus secuestradores y se dan a la fuga.

Ambrosi destacó que le llama la atención que en ciertas zonas del país el secuestro se usa más que en otras partes. “Habría que ver si es casualidad”, señaló.