Un grupo de los 33 mineros chilenos que hace siete años quedaron atrapados bajo tierra y pasaron allí 70 días, mostraron este miércoles su solidaridad con los 44 tripulantes del submarino Ara San Juan, la nave que perdió señal en la zona del Golfo San Jorge, a 360 kilómetros de Península Valdés. "Ojalá se aferren a nuestro milagro", les manifestaron los trabajadores del país trasandino.
"Muchas veces el 'te entiendo' queda en una intención o una manera de decir. Pero en este caso mis sentimientos son súper reales. Estos 44 hermanos hoy en día están en un espacio tremendamente reducido, muy distinto a lo nuestro", declaró Mario Sepúlveda en una entrevista al diario Clarín.
"Estamos mandándonos mensajes permanentemente con mis compañeros mineros", agregó el hombre de 47 años que abandonó la actividad y se dedica a dar charlas motivacionales.
"Ojalá que los tripulantes se acuerden de nosotros. Que se aferren a nuestro milagro y no pierdan las esperanzas", continuó. "Si pudiesen escucharnos les diríamos que estén bien organizados, haciendo caso a todo lo que decidan. Eso también fue lo que nos salvo", completó.
En ese marco, prosiguió: "En el submarino debe estar pasando lo mismo. Existen los líderes por contrato, los líderes natos. En ese grupo debe haber alguien que tira para arriba a los compañeros. En estos casos es cuando necesitamos a esos líderes".
Y añadió: "El tema del oxígeno es infinitamente peor para ellos. Nosotros, afortunadamente, teníamos 2,5 kilómetros para caminar y los lugares eran tremendamente altos, de 100 o 200 metros. Por eso, las posibilidades de tener un poquito de oxígeno estaban. El tema era cómo cuidarlo".
Por su parte Omar Reygadas, otro de los mineros entrevistados por ese periódico indicó: "Me enteré lo del submarino hace 2 días porque estaba trabajando afuera, en un sector sin señal. Después empezaron a entrar a mi celular los mensajes de los mineros. Enseguida se me vino a la mente el principio de todo. Cuando se nos vino la roca y nos vimos encerrados sin saber si en algún momento íbamos a salir".
"Emocionalmente, las situaciones son igual de difíciles en la profundidad y en la superficie. Los muchachos que están en el submarino están atrapados como lo estuvimos nosotros. Pero ellos están encerrados en una máquina en cualquier parte del mar", acotó.
"Recordamos esos momentos críticos en los que bajaba el nivel de oxígeno en la mina. Es desesperante. El cuerpo te empieza a pesar, es todo un trabajo que entre esa cuota de aire que necesitás para respirar. Nosotros sabíamos que arriba nos estaban ayudando, que nos habían encontrado. Eso nos mantenía fuertes. Para ellos es mucho más difícil pensar claramente para manejar el tema de la respiración", expresó.
Acerca de los familiares de los tripulantes, Reygadas opinó: "Vivir la ansiedad y la angustia de no saber dónde están, es tremendo. Hay que darle lucha, hay que estar, no perder la fe".
Etapa crítica. El vocero de la Armada, Enrique Balbi, informó que los tripulantes del Ara San Juan entraron a la "etapa crítica" al cumplirse hoy los 7 días de oxígeno disponible en caso de que el submarino no hubiese podido emerger para que el snorkel libere los gases de los motores y renueve el aire del ambiente.
Además de inyectar oxígeno artificialmente (con oxígeno gaseoso de alta presión y químicamente con unas candelas), los submarinistas están entrenados militarmente para seguir el protocolo de dormir o permanecer en reposo.