Los casos en que la abstinencia puede producir neurosis y pedofilia
Aquellos individuos que por
motivos externos a su voluntad no pueden tener sexo son más proclives a
desarrollar síntomas neuróticos. El
caso Grassi y el
perdón del Papa.
Si bien es imposible generalizar y establecer leyes exactas en lo que a la psiquis de las personas se refiere, existe una tendencia que indica que aquellos individuos que por motivos externos a su voluntad no pueden tener sexo son más proclives a desarrollar síntomas neuróticos, somáticos o conductas antisociales como la pedofilia.
"Algunos ejemplos son los sacerdotes católicos, las personas en las cárceles, los hombres que están en el ejército, o en las bases en la Antártica", explica el sexólogo Norberto Litvinoff. "Las personas promedio, cuando se ven privados del sexo por motivos exteriores o por prohibiciones surgidas de la construcción social, manifiestan claros síntomas primero neuróticos, después psicóticos y por último somáticos", analiza el especialista.
Irritabilidad, mal humor, falta de paciencia y pensamientos depresivos son algunas consecuencias claras de estos cuadros neuróticos, como así también, agrega el sexólogo, la pedofilia. Luego de diferenciar a aquellos que tienen a abusar de los menores porque han sido ellos mismos víctimas de abusos sexuales se niños, Litvinoff agrega que hay casos en los que nunca se tuvo un trauma durante la etapa infantil, en donde "los hombres acuden a los niños porque no tienen una vida sexual normal, si tuvieran una vida sexual normal no lograrían abstraerse de esos mandamientos".
Casos resonantes. El sacerdote Julio César Grassi fue acusado de abuso sexual contra menores de edad en la fundación Felices los niños. El religioso tiene abiertas tres causas en su contra, todas por abuso sexual y corrupción de menores, agravada por su condición de cuidador de los niños en la Fundación que presidía.
Disculpas papales. Por primera vez en la historia, el Papa Benedicto XVI emitió hace pocos días durante una visita a Australia una disculpa por los abusos sexuales a niños por parte de clérigos. Además, admitió sentir "vergüenza" por estos casos y pidió que los culpables sean "llevados ante la justicia".
"Lamento profundamente el dolor y sufrimiento que han soportado las víctimas, y les aseguro que, como su pastor, yo también comparto el sufrimiento", dijo el Papa al pronunciar la esperada disculpa, en una misa con obispos, seminaristas y el noviciado en la catedral de Santa María en Sidney.
