Mientras los nuevos casos de aves de corral y animales salvajes muertos por gripe aviar se extienden por las provincias argentinas y también afectan a varios países de América Latina, muchas personas se preocupan sobre el riesgo de que este virus “salte” a las personas y se convierta en una nueva epidemia. O pandemia. Sin embargo, los expertos coinciden en la alerta, pero evalúan que el riesgo real, por ahora, es bajo.
“Dentro de los virus de la influenza (gripe) hay algunos que infectan a los seres humanos, otros infectan a las aves, otros a los cerdos (gripe porcina), pero estos rara vez infectan a una especie que no sea la propia. Por esa razón es difícil que el virus de la gripe aviar se transmita a seres humanos”, afirma la doctora Cristina Freuler, jefa del Servicio de Medicina Interna en el Hospital Alemán de Buenos Aires. Pero la experta agrega que “de todos modos, aunque raro, este “salto” puede ocurrir cuando hay un contacto estrecho entre el ser humano y las aves afectadas”. Una situación típica que puede afectar a los trabajadores de granjas, por ejemplo.
El virus de la gripe aviar se reproduce en la sangre y en la materia fecal de las aves. Por eso inhalar partículas de excremento que pueden ser esparcidas por el viento desde los corrales puede ser un vehículo de infección. Tampoco se descarta que ocurra alguna mutación que transforme el virus en más “contagioso” para las personas.
Sin embargo, hasta ahora ese fenómeno no se ha registrado. La alerta emitida por organismos nacionales como el Senasa o internacionales como la OMS hace hincapié en el riesgo de que se infecten las aves de los emprendimientos comerciales o incluso aves silvestres que mueren y donde el riesgo para el ser humano existe, aunque hoy por hoy, todavía es bajo.
Algo similar afirma la médica argentina Marta Cohen, radicada en Londres y convertida en fuente y divulgadora habitual de temas médicos durante la pandemia de coronavirus. “Este virus fue identificado por primera vez en 1959. Pero recién en 1997 se identificó un caso en personas. Y los estudios indican que es muy raro que el virus haga ese ‘salto’ de especies”, explicó en un posteo de Instagram.
La primera infección con virus aviar en América se detectó en Estados Unidos en enero de 2022 y a partir de ahí se fue diseminando por el resto de los países de la región y solo se identificaron siete personas contagiadas en lo que va del brote, hubo un solo fallecido y en ningún caso la transmisión se dio de persona a persona, sino en personas que estuvieron en contacto con pájaros o con pájaros muertos, por lo que al día de hoy no hay mucha experiencia en tratar casos humanos. “Por todo esto, el riesgo es bajo. Y las recomendaciones sugieren evitar el contacto directo con aves silvestres; no tocar superficies que podrían estar contaminadas con saliva o heces de aves silvestres o de corral. También desinfectar objetos y ropa que pudieron tomar contacto con aves, antes de llegar a otros sitios. Se recomiendan desinfectantes convencionales. Finalmente, en caso de encontrar algún ave enferma o muerta, no se deberá rescatarla por sus propios medios sino evitar el contacto directo y notificar al Senasa a través de sus canales disponibles de forma inmediata.