SOCIEDAD

Los mejores chimentos políticos y de sociedad

Awada y Macri se mudan. Los olvidos de Boudou. Asados criollos. Sponsors cuestionados. Pronóstico “rucucú”.

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Juliana Awada ya encontró donde mudarse con Macri. No hay duda de que 2011 no será un año más en la vida de Mauricio Macri: una votación arrasadora, una segura segunda administración de la Ciudad y una paternidad a los 52 años en octubre próximo. Además, su esposa, finalmente, encontró una propiedad para mudarse, si se puede, antes de que nazca Antonia. El edificio Libedinsky, como se conoce a la torre de balcones espejados, donde actualmente vive el matrimonio, nunca convenció demasiado a Juliana Awada. A ella le gusta más la arquitectura francesa y la racionalista; por eso, y con la familia agrandada, hace tiempo que buscaba un piso que se asemejara más al que ella compró en Bulnes y Libertador, cuando se separó del padre de su hija. Y encontró uno que se adapta perfectamente a lo que ella quería. Ubicado también en Avenida Libertador y frente a Plaza Alemania, el edificio es puramente racionalista, de aspecto sobrio y discreto, con balcón a la calle y una superficie de 400 metros. Algunas tardes, Juliana
lo visita para ponerlo a punto lo más pronto posible.


¡Me olvidé de pagar! Ingresó apurado pero sin perder la sonrisa y sin dejar de saludar a los empleados de un nuevo y original espacio gastronómico ubicado en lo que se denomina “casco histórico de la Ciudad”. Amado Boudou estaba con tiempo de descuento porque llegaba tarde a una cena informal en Flores, en la casa del juez Raúl Zaffaroni. Siguiendo el consejo de uno de los dueños, se llevó tres botellas de vino tinto, saludó y se retiró. A los 15 minutos, sonó el teléfono en el restaurante: era el ministro, que se había olvidado de pagar. Obviamente no había inconveniente ya que Boudou es un habitué y cuando tiene un mediodía tranquilo almuerza allí con no menos de diez comensales. La última vez fue el día previo a que la Presidenta anunciara la fórmula para octubre 2011 y justamente compartió mesa con Juan Abal Medina. Boudou no es un gran conocedor de vinos por eso acepta a ciegas las recomendaciones sobre la numerosa oferta del lugar.

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Gastro-Hedonismo (I). Comer y beber. Eso es lo importante para los integrantes de la Academia Argentina de Gastronomía, que en ocasiones han terminado con desenfrenados ataques intestinales, pero que en la mesa no dejan ni las migas. Esta vez hubo gran concurrencia y no era para menos si los invitados a cocinar eran Mariana Müller y Alfredo Wolf, responsables del restaurante Cassis, de Bariloche. Al final de la velada, ya a altas horas de la noche, los Enrique –Duhau y Larreta–, Carlos Pulenta, Jorge Ortiz y Ubaldo Aguirre concluyeron que el mejor plato había sido el mezclum de hojas verdes con brotes, semillas, queso cheddar y original dressing de flores de sauco y limón. Tartare de trucha fresca fue la preferida de Manuel Mora y Araujo, quien analizó las elecciones porteñas y lanzó pronósticos para Santa Fe, Córdoba y otros lares. Rafael Oliveira César y Eduardo Mallea dialogaban con Chantal de Vries, esposa del embajador de los Países Bajos, mientras Rodolfo Lavaque felicitaba a Julio Viola por su nuevo vino, según dijo, de aroma único.


Gastro-Hedonismo (II). La comida se extendió por horas y Eduardo Eurnekian llegó tarde –proveniente de otra cena en la embajada de Brasil– pero no se privó del brindis. Patricio Kelly, Javier Negri y Javier Goñi no coincidieron en el gusto por los vinos pero no se olvidaron de paladear ninguno. El strudel de cordero –plato estrella de Cassis–, les encantó a Henri de Vries, a Maria Podestá y a Nicolás Keglevich, que en breve partían a París a despuntar el “vicio” gastronómico. También a Osvaldo Zucchini y a Guillermo Michelson que, a juzgar por lo que introdujo entre pecho y espalda, debe ser el que más disfrutó. Para el final quedó la crítica de Ignacio Gutiérrez Zaldívar.


Asador criollo. Gabriel Mariotto demostró sus dotes de asador en el quincho de su casa de Lómas de Zamora. El candidato a vicegobernador bonaerense de Daniel Scioli ofreció un interesante almuerzo para celebrar su candidatura, y mientras manipulaba los distintos cortes sobre la parrilla, tres amigos de la casa desplegaban una cortina de fondo bien nacional y popular: Juan “Tata” Cedrón tocaba la guitarra; Jaime Torres, el charango, y el poeta Alfredo Carlino recitaba algunos de sus versos. Hubo también espacio para versos cantados de Leopoldo Marechal, disfrutados por unos veinte comensales entre los que estaban el politólogo Luis Tonelli, el consultor Carlos Germano, el ex diputado Eduardo Valdés, y el titular de la Coneau, Néstor Pan.

Por una cabeza. El último fin de semana fue otro más a plena carrera en el Hipódromo de San Isidro. Primaveral jornada les tocó a los hípicos más destacados y habitués del lugar, como Juan Carlos Bagó, Hernán Ceriani Cernadas, Raúl Lottero, André de Ganay y Fernando Santamarina, entre otros. El presidente del Jockey, Bruno Quintana, disfrutaba desde la comodidad de su palco, donde agasajaba a un frugal embajador de China –y comitiva– con bifes de lomo premium y vino tinto. Quintana quiere que muchos de los 8 mil pura sangre que nacen todos los años puedan ser exportados precisamente a China, lo que significaría una revolución para la actividad en la Argentina. En una mesa almorzaban Juan Carlos Etchevers, Ernesto Gutiérrez –quien luego partió velozmente a inaugurar la nueva Terminal de Ezeiza–, un reducido en peso David Nalbandian que esperaba ver triunfar a dos caballos, que finalmente terminaron terceros pero que, según los entendidos o los adulones, ganarán en la próxima. Como ya es costumbre, el Gran Premio se lo llevó Haras Firmamento, de la familia Bagó.


Palacio de festejo. El Palacio Duhau-Park Hyatt cumplió cinco años y la fiesta estuvo muy concurrida. Exultantes, algunos macristas deambulaban en el salón. Entre ellos, el propio Macri –acompañado de Juliana Awada, quien demuestra que el embarazo potencia la sensualidad–, Hernán Lombardi y Paula Bertol, que debió aclarar que pese a su parecido físico no tiene relación con Lucila Frend. Juan Scalesciani y su hija también se mostraron felices y contaban detalles de la inversión que han hecho en el hotel –más de 100 millones de dólares– para compra y reciclaje de la casa de los años 30 que, según el mito urbano, tuvo como último dueño a un sindicalista –de los pesados– ya fallecido. Mirtha Legrand, de blanco inmaculado, conversaba con Guillermo Roux y Franca Beer, su mujer, sobre una pintura que exhibe el hotel y que los Roux quisieran recomprar. Facundo Gómez Minujín, inseparable de su madre Marta, que no para de generar ideas y creaciones: luego de su último éxito con la Torre de Babel de libros en Plaza San Martín. El embajador español, Rafael Estrella, se interesaba sobre el Teatro Colón y sobre las obras en la casa ex Padelai, que tendrá un centro cultural español donado a la Ciudad.


Sponsor cuestionado. El 9 de julio hizo mucho frío en la provincia de San Juan. En el departamento Rivadavia, donde se realizó el desfile cívico militar por el aniversario del Día de la Independencia nacional, el viento soplaba fuerte. Minutos antes de que comenzara la tradicional ceremonia, la gente del intendente local, el “giojista” Elías Alvarez, distribuyó cientos de bufandas entre los alumnos de los diferentes establecimientos escolares que participaban. La prenda fue apreciada por los chicos, y por sus padres, hasta que varios de ellos advirtieron que además de la leyenda “San Juan minero”, cada abrigo llevaba un logo del gigante canadiense Barrick Gold, la poderosa firma que controla la extracción de oro en toda la provincia cuyana, y contra la que los vecinos se han manifestado en reiteradas ocasiones por su nocivo impacto ambiental. Muchos de los presentes recordaron que no es la primera vez que un hecho patrio despierta este tipo de iniciativas en territorio sanjuanino: el gobernador, José Luis Gioja, encaró hace meses el tradicional Cruce de los Andes que recuerda la epopeya sanmartiniana, portando una impecable bandera de Canadá. Y no por ser fan de Michael Bublé.

Redrado va por todo. La Peña Eva Perón recibió en el restó Rias Baixas –con tortilla, pollo al verdeo y helado–, a los candidatos a diputados nacionales por la Ciudad que irán en la boleta de Eduardo Duhalde. Estuvieron Martín Redrado, Lucrecia Monti, Federico Toma y el gremialista Hugo Quintana. Los invitados departieron, entre otros, con el histórico Osvaldo Agosto, el dirigente Juan Minichillo y el metalúrgico Roberto Monteverde. Redrado, que encabeza la lista de candidatos a diputados, fue el orador ante un centenar de asistentes. Su discurso sólo ocasionalmente incurrió en la economía: en la ocasión habló de política y convocó a derrotar al kirchnerismo. Insinuó futuros desafíos porteños del peronismo (¿también propios?): la senaduría por el distrito en 2013 y la jefatura de Gobierno en 2015. Los directivos de la peña (Pascual Albanese, Claudio Chaves, Víctor Lapegna y Jorge Raventos) quedaron sorprendidos por una inesperada presencia: la de una funcionaria de EE.UU. de la oficina local del Fondo Monetario Internacional que, al enterarse de que hablaría Redrado, quiso ser de la partida. “Por curiosidad”, explicó.


Candidata fotogénica. En recorrida por el sur del país, Lilita Carrió tuvo que hacer una maniobra digna de los Duques de Hazzard para que una seguidora suya pudiera sacarse una foto con ella. La simpatizante identificó a la líder de la Coalición Cívica mientras viajaba de acompañante en un auto en medio de una avenida. La mujer conducía otro auto a la par y en cuanto vio a Lilita la saludó por la ventanilla y le pidió una fotografía. Carrió aceptó, y entonces su admiradora, sin detener la marcha, alineó su vehículo con el de la diputada y posó de costado sin sacar las manos del volante, permitiendo que la perspectiva dejara espacio para Lilita detrás suyo. El acompañante de la audaz conductora disparó con flash, la dama agradeció y luego ambos carros siguieron su curso.


Pronóstico “rucucú”. Un espíritu reconfortado prevaleció en la clásica reunión peronista (disidente) del restaurante Lola. Sólo habían transcurrido dos días desde la victoria de Mauricio Macri en la Ciudad y muchos de los comensales habían emitido su voto en esa dirección. El orador invitado fue Carlos Ruckauf, que llegó con la excusa de presentar su libro sobre seguridad, pero que, comprendiendo las expectativas de la mesa, dedicó su charla a analizar la situación política tras la derrota porteña del Gobierno. Mientras el resto arremetía el bife de chorizo con puré, Ruckauf, que hace dieta, alegró a la audiencia con el pronóstico de que en el Conurbano habrá una sublevación peronista que tomará revancha por el maltrato dispensado a las estructuras territoriales por la Casa Rosada. “Ella no pasará de los 35 puntos”, arriesgó el ex vicepresidente, y todos entendieron de quién hablaba. Ruckauf es asesor estratégico de la comunicación de la campaña de Eduardo Duhalde y se fue un rato antes de hora para cumplir esas funciones. Los habitués del lugar, en cambio, se quedaron en larga sobremesa imaginando el ballottage nacional que había pintado el orador.


Reparto de culpas. “Lo miro a Dietrich y creo que por culpa suya, y de sus bicisendas, no ganamos en primera vuelta.” La broma fue lanzada por Mauricio Macri a su subsecretario de Transporte y fue la muestra más cabal de que los ánimos en el PRO están por las nubes. Con ese clima se llevó a cabo la cena de apoyo a la Fundación G25, creada hace unos años por Esteban Bullrich y Guillermo Dietrich, que pese a costar más de $ 1000 el cubierto, logró colmar uno de los salones del Hilton de Puerto Madero. Otro que se subió a la ola de las chicanas fue el propio Bullrich, que arremetió contra Fito Páez con tono socarrón: “Parece que los asquerosos somos cada vez más”, exclamó para ganarse el aplauso de los casi 500 invitados. Con gran apetito y para amortizar el costo del cubierto, operaron con ganas el salmón ahumado, el lomo con papas y el posterior marquise de chocolate Daniel Chaín, Eugenio Burzaco, Diego Santilli, Enzo Pagani, Oscar Moscariello, Francisco Quintana, Eduardo de la Rúa (primo de Fernando) y Jorge Enríquez, entre varios empresarios y representantes de la Cámara Inmobiliaria.


Perfume de mujer. Margarita Stolbizer llenó el Palais Rouge para presentar su proyecto provincial. Asistieron todos los capitostes que integran el Frente Amplio Progresista, incluido Hermes Binner. La candidata a la gobernación bonaerense logró gran convocatoria en el lugar, pero lo que no pudo fue acaparar todas las miradas. Al menos las masculinas, que permanecían pendientes del escote de la diputada Victoria Donda, con producción impropia para un acto político, según opinaron aquellos que, de todos modos, le elogiaron peinado, maquillaje, vestimenta y sus altísimas botas. Pendientes también de las ganas reprimidas de Binner por saltar al escenario a cantar el single de campaña, se vio en el lugar a Víctor De Gennaro, Humberto Tumini, Rubén Giustiniani y el recién casado Aníbal “Toti” Leguizamón, entre otros.