Ni adelante, ni atrás; al lado, a la par. Una frase que resume lo mucho que tienen para decir sobre su acción desde su lugar de hombres a favor de la lucha de los derechos de las mujeres. PERFIL dialogó con distintos integrantes de agrupaciones y colectivos masculinos o mixtos que participan y generan espacios de crítica hacia ese “hombre” resultado de construcción de la cultura occidental patriarcal.
“Nos reconocemos formando parte de los movimientos feministas, donde nosotros aprendemos. Nos hacemos cargo de las denuncias de las feministas sobre el trato de varones hacia mujeres y de varones hacia otros varones. Deseamos construir nuevos vínculos con las compañeras”, explica Alejandro Aymú, periodista y uno de los iniciadores del grupo antipatriarcal de Buenos Aires.
“El hombre tiene que ser más compañero, comprometido con el otro. Poner en un nivel de igualdad a la mujer y no considerla como algo inferior”, cuenta el estudiante de cine Matías Brito (23) que milita desde hace dos años en la agrupación de mujeres Las Rojas y en Nuevo Mas. Su participación hace foco en el aborto.
“Es un problema que el aborto sea ilegal. Cientos de mujeres mueren por abortos clandestinos. Se le niega a las mujeres la libertad de qué hacer con su cuerpo y los hombres tenemos que colaborar en esa lucha porque también somos una parte involucrada”, señala.
Lo cierto es que algunos de los que hoy llevan adelante una bandera de lucha no se imaginaron encontrarse con pares. “Participé en diferentes marchas sobre temáticas de género o diversidad pero no había encontrado varones que tuvieran una mirada crítica de la masculinidad, sobre ese “macho hegemónico”. Así Carlos Camacho (30) resume su inicio en el Colectivo de Varones Antipatriarcales. “Noté la opresión de otras sexualidades y consideré que era necesario hacer algo”, añadió este docente de nivel primario y músico.
Este grupo de hombres de La Plata tiene réplicas en Mendoza, San Luis, Córdoba, Neuquén, Entre Rios y Buenos Aires, según sus propios integrantes, “es para hacerse cargo del lugar que el patriarcado nos brindó, que es de privilegio”. Según coinciden, la de-construcción de los mandatos culturales y sociales lleva tiempo y trabajo en conjunto. Es por eso que realizan cursos, talleres y charlas abiertas para visibilizar los rasgos del machismo que se naturalizaron.
Teoría. Para Daniel Jones, investigador del Insituto Gino Germani y el Conicet, “la sociedad viene haciendo una apuesta por la igualdad y la ampliación de la ciudadanía en los últimos años; así, grupos sociales excluidos hoy gozan de mayor bienestar. El derecho de las mujeres es fundamental para consolidar una sociedad democrática e igualitaria”, enfatizó.
Por su parte, el abogado y docente Leonardo Hernandez (31), uno de los organizadores del grupo La Marcha de Las Putas, suma que “la clave es analizar y preguntarse qué pasa con nuestros cuerpos. Es muy común entre los varones no haya contacto corporal: nos enseñaron que no están hechos para tocar ni amar a otro varón”, dice y agrega que como puntapié inicial en el grupo los hombres realizan un taller corporal para desinhibirse y poder expresar sentimientos.
Sobre el rechazo o la condena de terceros, Ariel Cid (26 años), dedicado al diseño y programador, también integrante de La Marcha de las Putas, dice que “a la mujer se le dice puta cuando se corre de la norma social, de lo que debería ser y al hombre se lo llama puto cuando se niega a ser macho o en una película llora, o no se impone por la violencia o habla de las mujeres con respeto y no con desprecio. Esas ideas hicieron ebullición en mi cabeza y fue mi punto de partida”. Desde la agrupación, los integrantes trabajan la temática de redefinir la palabra “puto” que se usa para acusar a cualquier hombre que no cumpla con los rasgos del “macho”.
“Me gustan las mujeres pero siempre me definen así. Todo porque soy de llorar y pasé de reírme de las cargadas a hacer de eso una bandera política. Cuando te corres de la norma, te dicen “puto” para ordenarte que vuelvas a la fila de la sociedad. Nosotros queremos darle una resignificación a los términos “macho”, “puto” “puta”. Pero eso llevará tiempo y más voluntades, finalizó.