Muchos espacios geográficos ganan su fama gracias a un hito en particular. Otros, por el todo. San Juan gana con su geografía ondulante, esa imagen de oasis protegido, y por la variedad y vastedad de aridez, vegetación verde, lagos, valles, acequias y microclimas, más la imponente presencia de los Andes. Por algo, el Señor ha puesto en ella su sangre que de la tierra nace en forma de uva.
La ciudad capital llama a ser recorrida por Avenida Circunvalación, de cara a vistas panorámicas y acceso a algunos shoppings. O, en un múltiple cruce de avenidas y en pocas cuadras, el Casino, el Predio Ferial, los galpones del ex ferrocarril, el Museo de Ciencias Naturales, el Parque de Mayo y su lago con fuente. En pleno centro, la Plaza y la Catedral, levantada en 1712 por comunidades jesuitas, varias veces reconstruida a partir de sucesivos terremotos. O la casa natal de Sarmiento. O buena parte de la ruta del vino: la Antigua Bodega y el Museo del Tonelero: máquinas antiguas, catacumbas, prensas, cubas y piletones.
Ya fuera de la ciudad, el dique de Ullum es uno de los más bellos lugares para visitar: la quebrada, la represa y el espejo de agua rodeado por complejos turísticos, apto para actividades náuticas, acuáticas y deportivas.