La proliferación de burros silvestres en Salta -y también en Santiago del Estero- se convirtió en un negocio para unos y en una preocupación ecologista para otros. Para los primeros, el Parque Nacional Los Cardones ya es una fuente de riqueza económica gracias a la carne asno. Es que las autoridades buscaron una solución a la plaga que supone la presencia incontrolable de las pequeñas bestias de carga y que, según denunciaron organizaciones defensoras de los derechos animales y ciudadanos salteños, implica no sólo la matanza de estos animales sino un suculento negocio que involucraría al empresario Felipe Wayar, hermano del vicegobernador del provincia, Walter Wayar.
El intendente del Parque Nacional, Juan Sergio Bikauskas, aduciendo que los burros “ahuyentan a los guanacos y destruyen la fauna autóctona”, admitió que “recibió la propuesta altruista de Felipe Wayar de hacerse cargo de los burros”, de acuerdo a la FM Aries de la capital salteña .
Bikauskas dijo que el empresario Felipe Wayar actuó bajo conocimiento de la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia, la policía provincial, el SENASA y la Sociedad Rural salteña.
Según medios de prensa y defensores de animales, la intención de Wayar sería la de comercializar la carne de los burros que habrían sido trasladados a frigoríficos para ser, a su vez, exportados.
La familia del vicegobernador es una de las fundadoras de la provincia, y en el Departamento de Cachi posee una gran extensión de tierras, según informó el portal Iruya.com, que también confirmó la denuncia.
Voceros del gobierno salteño señalaron a perfil.com que este tema “ no tiene nada que ver con el vicegobernador”, al tiempo que agregaron que “su hermano fue contratado para esa tarea”.
Menem lo hizo. La Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA) es una entidad que integra la comisión de bienestar animal del Senasa. Su titular, Martha Gutiérrez, dijo a perfil.com que “esto es una masacre, mil burritos fueron enviados a frigoríficos de Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos a un preció de entre 300 y 350 pesos cada uno de los que se aprovechan hasta 35 kilos de carne".
“Los transportan a la ciudad de Salta, tienen autorizaciones del SENASA, cada burro viaja con su DTA (Documento de Tránsito Animal)... ¡ y los marcan con una “F” a fuego!”, detalló la defensora de animales.
“Esto es espantoso, es una vergüenza. ¡Esto es un negociado!”, señaló Gutiérrez, quien atribuyó a un decreto del ex presidente Carlos Menem la posibilidad de comercializar equinos. “Es ese momento dijimos que esto iba a pasar”, recordó.
Agregó que “pagan muy bien la carne equina en el resto del mundo, como en Italia, España, Francia y Suiza”, conjeturando sobre los posibles destinos de la carne de burros del Parque Nacional de los Cardones.
Conflicto de intereses. Desde la Administración Nacional de Parques Nacionales tienen otra visión de los hechos. En diálogo con perfil.com, María Fernanda Menvielle, de la Dirección de Conservación y Manejo de Parques Nacionales, confirmó que se firmó un convenio con el empresario Felipe Wayer para que se hiciese cargo del faenado de los animales, ya que “la Administración no podía afrontar el costo porque no cuenta con los recursos necesarios”.
“Se analizaron todas las alternativas, pero nuestra prioridad es la conservación de los ecosistemas, y los burros destruyen los pastizales”, se justificó.
“Nuestra responsabilidad es cuidar un patrimonio de todos los argentinos”, subrayó la funcionaria, al tiempo que detalló que “ estos animales están destruyendo lo que la Nación está tratando de conservar”.
“La otra solución era matarlos y que se los coman los carroñeros, por eso se prefirió que un particular disponga de los burros para que los faenen”, aseguró. “En todos lados del mundo se hace lo mismo”, agregó .