La relación entre ellos estaba acabada. Se habían separado hace un tiempo pero seguían en contacto. Gerardo Morales (49) estaba convencido que podía modificar la historia. A cualquier precio.
Daniela Lahitte (39) fue asesinada en medio de un ataque de locura de su ex pareja, que la esperó en la puerta de su trabajo y le aplicó tres cuchilladas mortales. Después se lo contó por teléfono a su hija: “Me mandé una macana”, le dijo.
El crimen ocurrió el jueves pasado a las 22 en el partido bonaerense de Las Flores. La víctima fue sorprendida cuando llegaba a una casa de la calle 9 de Julio al 200, donde trabajaba cuidando a una anciana.
Morales, que trabaja como pintor, comenzó a increpar a su ex mujer por cuestiones personales, hasta que extrajo un cuchillo. Después de agredirla se dio media vuelta y escapó del lugar.
Pocos minutos más tarde, vecinos de la zona asistieron a Daniela, que había quedado mal herida en el suelo.
De acuerdo con el relato de las fuentes, la mujer llegó en grave estado a la guardia del hospital local. Había perdido mucha sangre. Dos horas después los médicos informaron el fallecimiento.
En tanto, personal de la Policía Comunal de Las Flores y de la SubDirección Departamental de Investigaciones (DDI) del mismo distrito —dependiente de la DDI Azul— se dirigieron a la escena del crimen y se entrevistaron con varios vecinos.
Si bien ninguno de ellos dijo haber observado el momento del ataque, sí relataron que habían visto a Morales merodeando los alrededores en bicicleta y que sabían que mantenía una relación conflictiva con su ex pareja tras su separación.
Confesión. Además, la hija de una pareja anterior del acusado informó a los investigadores del caso que minutos después del asesinato su padre la llamó por teléfono y le confesó que se “había mandado una macana”.
Finalmente, Morales fue apresado ayer a la madrugada cuando arribaba a la casa de su hija, en la calle Azul al 600. Los policías secuestraron las prendas de vestir del detenido, con varias manchas de sangre, la bicicleta en la que se movilizaba y el cuchillo (Tramontina de mango azul) que presumiblemente utilizó el acusado en el asesinato, que fue hallado junto al cordón de la vereda, a unos 100 metros del lugar del hecho.
