SOCIEDAD
POSIBLE COLAPSO OCENICO EN 2048

Medidas urgentes para salvar al mar

La contaminación, el cambio climático, la sobrepesca y otras amenazas “terrestres” podrían causar un colapso de la vida marina en todo el mundo hacia 2048, según un estudio internacional publicado en Science. Pero los científicos aseguran que si se empieza a actuar ya, la tendencia podría revertirse. Edward Barbier, uno de los coautores del trabajo, le dijo a PERFIL que es imprescindible que los gobiernos reconozcan que las amenazas son múltiples y que se deben desarrollar políticas multilaterales para enfrentar un problema que no reconoce fronteras.

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INFIERNO. La sobrepesca y la contaminacin son algunas de las peores amenazas que enfrentan los ecosistemas marinos. | Cedoc
En unas cuatro décadas, al recordar el año 2006, el mundo podrá evaluar si la advertencia sirvió de algo. Es que, si no se revierte la progresiva pérdida de biodiversidad marina, los ecosistemas de los océanos –con sus millones de especies– podrían colapsar en 2048. Así lo afirma un estudio internacional publicado en la revista Science. Y, lejos de ser algo que afectará sólo a los peces, el fenómeno golpearía al medio ambiente y al principal causante de su deterioro: el ser humano.

Fue a partir del análisis de datos de los últimos 200 años que el equipo de científicos de Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y Suecia concluyó que “la pérdida de biodiversidad marina está dañando de manera creciente la capacidad de los océanos para proveer comida, mantener la calidad del agua y recuperarse de las alteraciones”. De todos modos, los expertos remarcan que aún se está a tiempo de revertir la tendencia.

Impacto. “Los resultados no nos sorprendieron, lo novedoso es que encontramos que las amenazas a los ecosistemas marinos provienen de la pesca, la contaminación, la degradación del hábitat marino y costero, y del cambio climático. La pérdida de especies incluye no sólo a los peces y otras especies en el tope de la cadena alimentaria, sino también a las pequeñas plantas marinas y los microorganismos como el plancton”, explicó a PERFIL Edward Barbier, coautor del estudio. El especialista, de la Universidad de Wyoming, Estados Unidos, destacó que se deben tomar medidas lo antes posible. Y mencionó la necesidad de que los gobiernos reconozcan que las amenazas son múltiples y desarrollen políticas multilaterales para enfrentar un problema que afecta a todos.

Según el paper, el escenario actual ya es preocupante. Los ecosistemas regionales como los estuarios, los arrecifes de coral y las comunidades costeras y oceánicas están perdiendo rápidamente “población, especies o incluso todo el grupo funcional”. Algunas de las consecuencias son la acelerada disminución de las zonas de pesca, los hábitats de cría de especies marinas, y los servicios “de filtración y desintoxicación” que aportan (sin los ecosistemas marinos, aumentan las invasiones de algas peligrosas y se reducen los niveles de oxígeno).

Panorama. “Este estudio tiene el mérito de haber recopilado y analizado información dispersa. Pero la idea de que la pérdida de biodiversidad degrada los ecosistemas y los hace menos utilizables es algo que se conoce desde hace años, incluso en ecosistemas terrestres y de agua dulce”, remarcó el investigador del Conicet y de la UBA, Demetrio Boltovskoy.

Con respecto al posible escenario de colapso en 2048, agregó: “Me parece especulativo porque se extrapola una tendencia previa hacia el futuro, suponiendo que los factores no se van a modificar en los próximos 50 años”. De todos modos, opinó que es un aporte importante para generar conciencia.

Coincidió con él Milko Schvartzman, de Greenpeace, quien opinó que para eso la ciencia cumple un rol clave. “En vez de llamarse Tierra, nuestro planeta debería llamarse Océano porque dos tercios de su superficie están cubiertas por los mares. Pero vivimos de espaldas al mar, y no se termina de entender que lo que ocurre en un lugar repercute en el otro. Está todo interrelacionado”, remarcó.

Compromiso. Schvartzman recordó que el 50% del oxígeno que se respira proviene de las plantas que viven en los océanos, y que el 80% del mar está inexplorado. “Hay especies desconocidas, maravillosas. Sin embargo, las personas sabemos más de la Luna que del mar, que es la frontera que nos queda por descubrir en nuestro planeta”.

Por eso, los especialistas buscan con énfasis detener la destrucción de la biodiversidad marina. La advertencia ya fue lanzada.

Cómo sería una dieta sin pescado
Quizá las próximas generaciones ya no coman pescado de mar. Lejos de una cuestión de gustos o preferencias, la razón será, simplemente, que no quedaría qué pescar. Según el estudio de Science , en 2048 los stocks de merluza, calamares y atún, entre otras especies comestibles, ya no serían suficientes para alimentar a la población global. Ahora bien, más allá del impacto ecológico y económico, ¿qué efectos tendría en la dieta humana?

“En los países donde el consumo de pescado es fundamental, como Japón y España, tendría un mayor impacto la falta de este alimento. Pero en la Argentina, como consumimos muy poco, no habría grandes problemas desde el aspecto médico si tenemos otras carnes para alimentarnos”, dijo la nutricionista Cristina Grossman, del Hospital de Clínicas.

Por su parte, el director del Programa de Nutrición de la Universidad Favaloro, Jorge Braguinsky, explicó que comer pescado aporta proteínas y una especie de grasas beneficiosas: “La carne de pescado brinda ácidos grasos polisaturados Omega 3, que ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Es muy sana, siempre le recomiendo a mis pacientes que la consuman de manera frecuente. Ojalá hoy se comiera más pescado”, dijo.

Y coincidió con su colega que el mayor problema sería el impacto ecológico. “Desde el punto de vista nutricional, el ser humano podría sobrevivir. Pero lo tremendo es que desaparezcan especies, y que la explotación de este recurso sea salvaje”.

Manos a la obra
* Los científicos aseguran que aún se puede revertir la tendencia para evitar un futuro colapso.
* Para lograrlo, los gobiernos deben reconocer que las amenazas a los ecosistemas marinos son múltiples; identificar aquellas que implican los peligros más inminentes; y actuar en consecuencia.
* En aquellas zonas donde los ecosistemas están en aguas internacionales, es necesario que los gobiernos tomen medidas regionales y multilaterales.