Cada semana, una casa cualquiera se convierte en escenario donde tres bandas se encuentran con su público en un espacio íntimo, donde la conexión con la música es lo único que importa. Puede ser una casona en Belgrano con pianos de cola y un jardín, o un PH de Paternal.
De eso se trata Sofar Sounds, una experiencia musical diferente que surgió en Buenos Aires hace siete años, y hoy ya tiene capítulos en varias ciudades del país, como Rosario, Salta, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata. “Conciertos secretos en livings, movimiento internacional para amantes de la música”, anuncia la descripción en las redes sociales de Sofar Buenos Aires, donde cada semana anuncian una nueva fecha, en una nueva locación. De cada encuentro participan tres bandas, que pasan por todos los estilos musicales, desde indie, rock, pop, hip hop, todo puede sonar en una misma noche.
“El concepto es ir a escuchar música emergente, conectar con la música y con gente que no se conoce. Disfrutar y que lo único que importe sea escuchar a los artistas y la letra de las canciones. Es muy mágico lo que se genera”, cuentan desde la organización. Un grupo de voluntarios se encarga por fecha de toda la logística. Por fecha se anotan unas mil personas, pero como los shows –que son gratis– se hacen en livings, la mayoría queda anotada en una lista de espera para la próxima fecha.
“Conciertos secretos en livings, movimiento internacional para amantes de la música”, anuncia la descripción en las redes sociales de Sofar Buenos Aires
Como esta, en el último tiempo surgieron nuevas propuestas de “conciertos íntimos de artistas únicos”, como se definen quienes organizan Nómade, otra experiencia musical ambulante, que cada semana cambia de locación, de bandas, siempre en livings o terrazas. El objetivo, en cada una, es siempre el mismo: que músicos y artistas emergentes encuentren espacios donde tocar y que el público pueda vivir una experiencia diferente a la que puede darse en un bar o boliche.
“Hoy lo más común es ir a ver una banda o a un artista a un bar, pero ahí muchas veces la gente está en la barra, o con el celular, y no todos le prestan atención a lo que está sucediendo. Somos una comunidad de amantes de la música que encontró su manera de disfrutarla sin distracciones”, cuenta Jerónimo, uno de los organizadores. Todos los shows son acústicos, y las locaciones, en general, son de personas que fueron a algún concierto y ofrece su espacio. Para ir se puede conseguir una entrada por fecha, o sumarse a una membresía para todos los Nómade del mes.
Un Netflix de artistas. “Nuestro objetivo es democratizar la música y ser un Netflix de artistas”, aporta Nicolás, uno de los responsables de Home Concerts, otra experiencia que arrancó este año y ya se está exportando a otras ciudades del mundo. “Queremos lograr que la gente conozca artistas, por eso decimos que el proyecto busca la democratización de la música. Y en cada show grabamos todo lo que pasa y lo subimos a la web, donde cada banda tiene su ficha y el que quiere puede elegir a quién querés ir a ver y dónde. Una especie de Netflix de artistas”, agrega.
La importancia de que los shows sean en lugares descontracturados, dice, saca “la tensión de un bar donde vas vestido y te comportás de cierta forma, acá estás en el living de una casa, podés pedir comida, tomar algo, conocer gente”. Organizan tres shows por mes, con tres sets cada noche, y los géneros musicales varían desde el bluegrass, jazz, blues, gospel, folk.