Está a punto de cumplir cinco meses. Es el séptimo hijo varón de una familia mendocina y, como establece una ley sancionada en 1974 por Juan Domingo Perón , el presidente Mauricio Macri se convirtió en su padrino. Pero en lugar de ser bautizado bajo la fe católica, como pretendía su mamá, Tiziano recibió una bendición en un templo cristiano local, Vida y Paz, a cargo del pastor Victor Doroschuk, que recibió a Natalia Alcalle y al bebé después de que tanto en la Catedral mendocina, en la iglesia Nuestra Señora de Luján y en la del Chañaral le dijeran que no. Argumentaron que no podían bautizar a su hijo “porque Macri no está casado por iglesia con Juliana Awada”.
Tiziano nació el 5 de abril en San Rafael, al sur de Mendoza. Séptimo de seis hijos varones, se había anunciado que, como lo indica la ley 20.843, sería Macri quien oficiara de padrino, a través de un representante. Pero una vez terminados los trámites oficiales, empezaron las negativas. “Yo quería bautizar a Tiziano en la Iglesia Católica, pero en todas me dijeron que no podían bautizarme a Tiziano porque su padrino, el presidente Macri, es divorciado y vive en concubinato, y eso no estaba bien para los ojos de Dios", dijo Alcalle al portal local Mediamza.
En la decisión, los responsables del obispado de San Rafael no consideraron que hasta Francisco recibió en El Vaticano a Macri y Awada, modificando así las rígidas reglas de la Santa Sede, donde –hasta el pontificado de Bergoglio- cada vez que un jefe de Estado llegaba en visita oficial a ver al Papa con una consorte casada sólo por civil, ésta era saludada por el pontífice en un salón aparte sin su marido presente.
*Subeditora Sociedad diario Perfil