Uno de los mejores exponentes de la modalidad conocida como “skimming” es un joven estudiante de ingeniería, que a fines de 2008 fue detenido por una incalculable estafa contra cajeros automáticos.
Fernando Daniel Pereiro (33) obtenía los datos de las tarjetas con un abrepuertas falso que combinaba con un teclado desmontable que almacenaba las claves en un chip. Como el cajero nunca dejaba de funcionar, las víctimas se contaban de a decenas.
Pereiro estuvo preso hasta el 30 de enero de 2010, cuando escapó de la cárcel en medio de un traslado al hospital Argerich. Desde entonces la Policía le perdió el rastro.
En los últimos años, la División de Fraudes Bancarios detuvo a varios expertos más.
En octubre de 2012, fueron apresados tres brasileños en el microcentro porteño cuando intentaban extraer dinero de cajeros automáticos con tarjetas clonadas.
Al igual que Bonardi, utilizaban una pequeña cámara oculta que grababa el teclado del cajero y un dispositivo que iba en el abrepuertas con el que obtenían las bandas magnéticas.