Habilitar los hoteles alojamiento en la Ciudad de Buenos Aires, con medidas de control y porque se considera que “la actividad no ocasiona afluencia grupal de personas y que es factible de regular en su funcionamiento a través de estrictos protocolos de seguridad”.
Ese es el pedido que presentó este jueves en la Legislatura porteña el diputado Sergio Abrevaya (GEN), para solicitar al gobierno porteño que considere exceptuar del cumplimiento de la cuarentena a los albergues transitorios -quedan unos 130- para desarrollar su actividad con normalidad.
“Los hoteles alojamiento permanecen cerrados desde el 20 de marzo, situación que no sólo impacta económicamente a sus propietarios sino también a los trabajadores del sector", sostiene Abrevaya en su proyecto.
En ese sentido, señala que podrían ser excluidos del cierre "considerando que la actividad no ocasiona afluencia grupal de personas y que es factible de regular en su funcionamiento a través de estrictos protocolos para preservar tanto la salud de los trabajadores como la de los clientes".
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“Se trata de actividades barriales y que, por las características intrínsecas de su funcionamiento, su ingreso se puede limitar exclusivamente a través de vehículos", destaca y agrega que "permitir su desempeño no atentaría contra las disposiciones" dispuestas por la cuarentena.
"La hotelería de albergues transitorios no tiene que ver con la hotelería general: está en los barrios, tiene cocheras y un protocolo de higiene desde siempre. Es más, la persona que atiende -y otorga la habitación o cobra- está separada del cliente por un vidrio, y cada vez que una habitación se desocupa, entra un equipo de limpieza con un protocolo muy exigente”, explica el legislador a PERFIL.
“De esta manera, le daríamos a los albergues la oportunidad de trabajar y la oportunidad a una persona que viene sola de otro lugar, por trabajo, de pasar la noche en algún lugar de la Ciudad de Buenos Aires, ya que toda la hotelería está suspendida. También le daríamos la oportunidad a la pareja que hace 90 días está en una casa pequeña con los chicos y teme tener intimidad por miedo a ser escuchados”, agrega.
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Sobre esto último, además, lo considera una medida “para preservar la salud pública”. “Esta actividad se pidió como excepción porque no usa transporte público y se trata de un servicio que es muy aséptico. El aislamiento funcionaría bien desde esos puntos a tener en cuenta”, señaló.
El sector ya estaba golpeado por la crisis antes de la pandemia: en 2018, un proyecto del mismo legislador proponía que se abriera a los turistas la posibilidad de alojarse allí para paliar los cierres y la baja afluencia de ocupantes.
