Un mes después de inaugurado el Metrobús de la 9 de Julio, el balance resulta positivo para pasajeros y automovilistas, que ganaron en tiempo en sus viajes. Sin embargo, en las calles del centro los comerciantes tienen motivos para no celebrar la llegada del segundo BRT porteño: desviar las líneas de colectivos que pasaban por allí provocó desolación e inseguridad en la zona. Y, como si fuera poco, una estrepitosa caída en las ventas de algunos comercios, que van entre un 25 y un 50% .
Luego de una recorrida por Maipú, Chacabuco, Piedras y Esmeralda, PERFIL pudo comprobar que los más afectados son los maxikioscos, locales de comida al paso y otros de objetos más específicos, como indumentaria, regalos y tecnología. En especial aquellos ubicados frente a las paradas de colectivos. La calle ya no es lo que era y los costos de los alquileres se mantuvieron intactos, se quejan. Y por la noche aparecen grupos de jóvenes oportunistas, dedicados a robar celulares, y hasta “trapitos”, que cobran a los que se animan a estacionar el auto.
“Las ventas en mi local cayeron entre 30 y 40%. Cambiar el recorrido de las cuatro líneas que pasaban por Maipú, –9, 10, 17 y 111– nos perjudicó. La gente que se baja en 9 de Julio ya no llega hasta acá para comprar en un kiosco”, se quejó Rosendo Sarris, propietario desde hace 21 años del maxikiosco ubicado en la esquina de Paraguay y Maipú.
En la misma manzana, sobre Maipú al 800, casi esquina Córdoba, Ariel Tedde es el dueño de un local de regalería que inauguró en febrero de este año. “Si bien sabía que se estaba construyendo el Metrobús, nunca imaginé que los colectivos tenían tanta injerencia sobre las ventas. Perdimos un 50% de clientela. Las colas de gente en las paradas llegaban hasta la mitad de cuadra y siempre alguien entraba a comprar algo”, recuerda Tedde. “Estoy evaluando instalarme sobre Córdoba o Lavalle. Los números no me cierran”, agregó.
Diego Nakasone está al frente de un kiosco en Esmeralda al 300 y puso en venta el fondo de comercio de su local. Sus ventas cayeron entre 30 y 35%. “No sólo me perjudicó el cambio de recorrido, sino que ahora estacionan sobre Esmeralda las combis que antes estaban en el Obelisco. Si antes no pasaba nadie, ahora tengo tapado todo el frente del local y nadie sabe que estoy acá. No veo la hora de salir de este lugar”, aseguró por último el comerciante.
Para reactivar la circulación de peatones, un grupo de vecinos y comerciantes de la zona evalúan solicitarle al Gobierno de la Ciudad que estudie la posibilidad de incluir estas calles en lo que se llama Plan Microcentro, para que sean peatonalizadas y puestas en valor. Esperan así recuperar algo más que los colectivos que los carriles exclusivos se llevaron hacia la 9 de Julio.
