SOCIEDAD
reglamento para la policía porteña

Presentan el nuevo protocolo para el uso de la fuerza física y de armas en la Ciudad

El flamante documento tiene entre sus objetivos profesionalizar y modernizar el accionar de los efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y llega para reemplazar la antigua Guía de Actuación sobre el Uso Racional de la Fuerza y Armas de Fuego de la Policía Metropolitana, que fue elaborado en el año 2015. Incorpora el uso de las armas no letales como las Taser y las Byrna, que dispara proyectiles de impacto o de gas pimienta. Además, los detalles de un proyecto de ley que se presentó en la Legislatura y que podría incorporar el concepto de “reiterancia”.

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En acción. Desde esta semana la Policía porteña cuenta con una nueva guía de procedimientos a la hora emplear el uso de la fuerza. | NA

Luego de que el Gobierno porteño presentara los protocolos del SAME Psiquiátrico, y el de Cero Niños en Calle, esta semana dio a conocer el nuevo protocolo para el uso de la fuerza de la Policía de la Ciudad. 

Se trata, en definitiva, de una guía de procedimientos que deben seguir los agentes porteños con un marco predefinido que permite unificar criterios a la hora de abordar situaciones donde se requiera la intervención de la fuerza policial. Es decir, una herramienta que regirá la actuación policial y brindará los instructivos de uso de armas y equipamientos específicos que utilizarán los efectivos de la fuerza de seguridad porteña. 

Entre los principios que regulan el uso de la fuerza policial, según el nuevo protocolo,  se destacan la proporcionalidad, que hace referencia al modo de responder al incidente con el medio más idóneo y considerar la intensidad de la intervención, que debe disminuir a medida que se reduce la intensidad de la agresión o resistencia. 

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La excepcionalidad, en este caso el uso de la fuerza policial es de carácter extraordinario y solo se considera legítimo cuando respeta el orden legal vigente debiendo priorizarse la vida de todas las personas involucradas en el hecho. 

La racionalidad, que incluye el análisis de riesgo de la situación y su escenario. 

La progresividad, que refiere al uso diferenciado de la fuerza adaptando la respuesta de menor a mayor o viceversa, según las circunstancias que enmarcan el hecho en cuestión. 

El nuevo protocolo incorpora, además, el uso de armas no letales como la Taser o la Byrna, un tipo de armamento que emplea el sistema de aire comprimido para disparar proyectiles de impacto o de gas pimienta. Este último armamento fue utilizado en el municipio de Lanús, cuando el actual jefe de Policía porteño, Diego Kravetz, estaba al frente de la municipalidad de forma interina. 

A estos armamentos no letales también se les suman los elementos disuasivos químicos, canes y tonfa. 

Según explicaron las autoridades porteñas, será el primer protocolo que va a tener la Policía de la Ciudad y tiene por finalidad unificar los criterios a la hora de intervenir en situaciones donde se requiera, por ejemplo, la utilización de armas de fuego o no.

En este caso, y según explicó el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, “el protocolo viene a ordenar las prioridades en el uso de la fuerza, ya que antes no existía una herramienta de estas características”.

En este sentido, viene a reemplazar la vieja y desactualizada Guía de Actuación sobre el Uso Racional de la Fuerza y de Armas de Fuego de la entonces Policía Metropolitana, que fue establecida en 2015. 

Durante la presentación, realizada en la sede del Gobierno porteño, los funcionarios aseguraron que esta herramienta también le va a servir a la Justicia para enmarcar y unificar criterios. “El policía va a saber que si se mueve dentro de lo legal va a estar cuidado y respaldado desde lo político”, aseguró Jorge Macri, titular del Ejecutivo comunal. “Además, el protocolo va en sintonía con el protocolo establecido por el Ministerio de Seguridad de la Nación”, agregó.  

Por último, el protocolo fue desarrollado por un equipo técnico y multidisciplinario, en el marco del Comité de Procesos y Calidad, compuesto por profesionales de diferentes áreas y disciplinas.

Ley de Reiterancia. Este jueves ingresó a la Legislatura porteña el proyecto de ley que apunta la modificación del Código Procesal Penal de la Ciudad de Buenos Aires. En este caso el objetivo apunta a endurecer las penas y que rija un criterio de justicia más severo para las personas que vuelven a cometer delitos.

Como se sabe, el concepto de “reiterancia” es más estricto que el de “reincidencia”, que rige actualmente. En este sentido, con la reiterancia se busca que un delincuente espere el juicio preso. La reincidencia, en cambio, habilita la posibilidad de que el delincuente permanezca en libertad durante el proceso judicial (que puede durar años), con la posibilidad de seguir delinquiendo. 

“Buscamos que un delincuente con más de dos procesos en curso por delitos cuya pena no sea excarcelable espere el juicio preso. Necesitamos dejar atrás la lógica garantista que libera delincuentes que vuelven a matar, robar o violar. Delito de adulto, pena de adulto. En la Ciudad tenemos muy claro de qué lado estamos: nunca del lado de los delincuentes”, afirmó Macri.

En relación con las estadísticas que se manejan en la Ciudad, desde los despachos de la sede de Uspallata se informó que de las 6.563 detenciones que llevó adelante la Policía de la Ciudad, 2.590 personas ya tenían antecedentes, de los cuales 917 eran extranjeros. 

Con respecto a los presos en el territorio porteño, actualmente hay unos 2 mil detenidos en la Ciudad, 500 en comisarías o alcaidías (400 de ellos con sentencia firme). 

En este sentido, cerca del 90% de los detenidos tiene abierta una causa federal, y no de la Ciudad, por lo que la mayoría corresponde que esté detenido en una cárcel federal.